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Pov's Taehyung

Revisaba mi teléfono con calma tras haber tomado los apuntes pertinentes durante la clase.

Nos habían cedido los 5 minutos que quedaban antes del descanso para hablar, siempre y cuando no alzaramos demasiado la voz.

- ¿Eres tú, verdad? - preguntó la compañera a mi lado.

- mmmm... ¿Yo soy que? -

- ¡El nuevo integrante del Jeonseok! - exclamó bajito para que el profesor no la regañara.

- Jeonseok... ¡Ah! Si, eso creo - dije con una enorme sonrisa al recordar a mis hermosos chicos.

- Wao, que suerte. Ojala yo poder estar entre esos dos bombones - suspiro dramáticamente - Aunque yo la verdad, no podria compartirlos -

- ¿Compartirlos...? - dije confundido.

- Ya sabes, con eso de que tienen una relación abierta -

- E..ll.os... Ellos ya no hacen eso - dije totalmente inseguro de mis palabras.

- ¿Enserio? No sabía que lo habían dejado - murmuro tranquila. No conciente de cuantas dudas habia clavado en mi sistema.

El timbre resono y con el, todos mis compañeros salieron del salón.

Me quede un poco más, hasta que el profesor me pidio salir.

Mire a cada lado del pasillo esperando ver a mis chicos, pero no se encontraban.

Habiamos quedado en tomar el almuerzo juntos. Sin pensarlo mucho más, me dirigí al estudio de baile. De seguro al mayor se le hizo tarde mientras practicaba alguna coreografía.

Pero como la vida siempre esta en mi contra, no pude encontrarme con nada mejor que Hoseok bailando sensualmente con una, (sin temor a exagerar) preciosa chica extranjera. De piel canela y brillante cabello rizado.

Ambos se movían a la par, interpretando la atrayente melodía. Sus cuerpos flexibles se curveaban al ritmo de la tonada sin salirse ni un segundo del papel.

Con la sangre hirviendo por mis venas me aleje del lugar. Tratando por todos los medios de tranquilizarme.

Me adentre en los baños para mojar mi cara con agua fría y asi sacarme la estupidez mas rápido.

Era solo un maldito baile. Tranquilizate Taehyung.

No es culpa del mayor ser tan endemoniadamente bueno moviendo sus caderas.

Dios. Debería ser ilegal.

Con la calma devuelta a mi cuerpo. Salí, pero repito, la vida no esta de mi lado.

Sin siquiera buscarlo, mis ojos fueron a parar donde el menor.

El cual con cierta cara de fastidio, he de admitir. Era besado por esa Rata de la que Jin nos contó.

Una cuarta parte de mi corazón se sintió realmente dolida. Nunca he sido bueno compartiendo, siempre fuí algo posesivo con mis cosas desde que era niño.

Ahora bien, en el resto de mi corazón reinaba la furia y el desconcierto.

A pasos pesados me aleje del lugar. No sabiendo realmente que hacer y sin siquiera saber si tenía derecho a protestar.

Despues de todo, ellos eran así cuando los había conocido.

De hecho. Estabamos juntos gracias a eso, pero, ¿realmente podría soportar estar con alguien que no es completamente mío?

Esto no se quedará así.

[...]

La puerta golpeó contra la pared por la rudeza con la que la abrí. Dos pares de ojos posandose en mi con un enorme signo de interrogación flotando sobre sus cabezas.

𝙰ú𝚗 𝚗𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora