Ambos son orgullosos, nerviosos, no tienen rumbo y están solos. Pero, ¿Qué queda cuando todos los que aman los abandonan?
Mikasa tiene cuidado de tocar a Levi. Mientras que Levi tiene miedo de tocar a Mikasa. Ambos aterrorizados de que se conviertan...
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〚LEVI〛
El amor puede llevarlos a algo.
Quizás a otro lugar, a ninguna parte y a todas partes. Levi se sentía asustado, apreciado y, a veces, algo que puede describir como flagrante. No era un creyente del amor, diablos, ni siquiera profesa una religión.
El amor era algo parecido a un sueño profundo; al menos muchos lo describían como algo que te vuelve estúpido. Para Levi, el amor solo era un lujo de algunos privilegiados de cuentos de hadas, algo que no puede encontrar realista.
Pero después de sostener sus mejillas de porcelana con más intenciones... A Levi ya no le importa un carajo, la verdad sea dicha.
Sus labios eran divinos, la forma en que la besó profundamente fue más que inefable, y eso era todo lo que podía decir para describirlo. Levi recordó que dijo con seguridad: "Sueña conmigo esta noche". Pero si ella le preguntase ¿Cómo durmió y qué soñó? Quizás le diría que ella vivía paradisíaca en la liminalidad de su estado mental consiente e incosciente. En palabras sencillas, incluso en sus sueños, Mikasa estaba allí.
Pero esta vez, Levi demostró que un famoso psiquiatra estaba equivocado. ¿Quizás? Tal vez no. Sigmund Freud puede irse al infierno por todo lo que sabía, porque si su explicación psicoanalítica de un sueño significa el cumplimiento disfrazado de un deseo, entonces ¿Qué pasó con ese lento romance que experimentó anoche? Fue real ¿Fueron alucinaciones? ¿Era solo una especie de mierda jodida? Porque era demasiado perfecto para que fuera real, demasiado perfecto que podría estar bajo la caracterización de un sueño vago y borroso.
Levi tampoco creía en los deseos. Simplemente, no desea que sucedan cosas, nunca ha deseado que ocurra algo desde el comienzo de su pobre, miserable y trágica vida. Siempre ha sido así, él solo vive su vida, dejando que la corriente lo lleve a lo que sea, a donde sea y a quien sea.
Todas esas cosas estaban sonando como campanadas en su maldita mente, incluso mientras duerme, pero esas mierdas pueden irse al infierno. Amor, deseos, anhelos, impulsos y cualquier otra cosa romántica de la que oyó hablar en cuentos e historias. Como un misterio, como un libro elegante, como una fábula. Levi ahora lo entendió. Lo entendió cuando ella quemó pasión en sus ojos, cuando bailó durante toda la noche y cuando le devolvió el beso tan íntimamente, como si fuera el fin de su mundo. Como si en cualquier momento débil e inconstante, fueran a explotar y convertirse en polvo.
Pero no. Mikasa no explotó. Levi no explotó.
Él todavía estaba allí, en su cama de latón tamaño Queen, encima de un suave colchón lleno de muelles cubierto con sedosas sábanas de bígaro. Levi estaba allí al igual que cuando empezó a dormir en su habitación. Las paredes todavía estaban pintadas del mismo color, la cómoda seguía luciendo sombría, la puerta de su armario estaba entreabierta y un sillón designado para él era lo único que lucía perfectamente ordenado. Casi todo tiene el mismo aspecto.
