Ambos son orgullosos, nerviosos, no tienen rumbo y están solos. Pero, ¿Qué queda cuando todos los que aman los abandonan?
Mikasa tiene cuidado de tocar a Levi. Mientras que Levi tiene miedo de tocar a Mikasa. Ambos aterrorizados de que se conviertan...
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〚LEVI〛
Tengo derecho a reclamar esto porque me lo gané legítimamente.
Muchas cosas abrumadoras sucedieron en su vida, pero ninguna le permitió imaginar que realmente viviría una vida pacífica. Una vida donde había certezas, una vida donde podía tomar su té todo el día, y una vida donde finalmente, admitió que era lo que realmente quería.
Era desinteresado; una persona que había hecho cosas por el otro primero, una persona que había olvidado lo que realmente anhelaba, y una persona que solo quería felicidad para las personas que amaba.
Pero el mundo no era tan cruel como antes.
Y tenía razón, tenía derecho a reclamar la vida que quisiera. No porque fuera egoísta, sino porque eso era lo que se había ganado y merecía.
No más guerra. No más deberes. No más esconderse.
Nada más que una buena vida por delante para vivir.
Sólo pudo asimilar ese ideal hasta que él mismo, con una estúpida decisión, creó un escenario que lo devolviera a su nueva realidad.
Tch, se burló. Esa burla infame que fue amada por todos los demás.
—Ymir, ¿Dónde estás?
Qué nombre tan estúpido para un niño. Comentó para sí mismo cuando Historia llamó tensamente a su hijo. De la nada, finalmente se dio cuenta de que ¿Por qué Historia buscaría al mocoso cuando había estado mordisqueando asquerosamente su alfombra hace unos cinco minutos?
Rápidamente miró a su alrededor, tratando de vislumbrar el aspecto exacto de Eren Jaeger... En realidad el mocoso también tenía la misma terquedad de Eren.
Y eso lo llevó a mirar la cocina.
¿Mikasa?
Sorprendido, vio a Mikasa salir de la cocina con el hijo de la persona a la que una vez acusó de traición en sus brazos.
La observó en silencio mientras se dirigía hacia la sala de estar, donde encontró a Historia con los ojos y la boca bien abiertos, incluso con ligeras gotas de sudor cayendo por su rostro asustado.
Silencio. Nadie hablaba. La tensión llenó el aire e incluso no pudo encontrar qué decir.
Así que dejó el silencio muerto hasta que Mikasa estuviera lista.
Finalmente, habló—. No tienen que actuar así... —Levi la vio sentada a su lado, sus brazos todavía sosteniendo al hijo de Historia, y en algún lugar profundo dentro de él sintió un momento de tranquilidad.
—Se parece tanto a él...
Escuchó a Mikasa decir, lo que hizo que Historia llorara en silencio. La escena no fue realmente dramática, pero fue reconfortante presenciarla, porque finalmente... Después de mucho tiempo, finalmente se dio cuenta de que su compañera había encontrado algo de paz interior.
