Caminos cruzados

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Tras algunos meses, Hana había continuado con su rutina. De día trabajaba de cazarecompenzas y de noche bebía hasta caer inconsciente. La secuencia no cambiaba, solo se movía de ciudad. Excepto en aquellas noches en que los recuerdos ni siquiera le permitían caer borracha. Aquellas noches salía en busca de problemas. Aquellos días volvía a casa agotada y probablemente mal herida, pero al menos eso le hacía sentir viva.

Recordar aquellos pasajes de su vida solo le hacían estremecer la piel. Se había transformado en aquello que repudió y dejó a atrás a duras penas. En cuanto fingió su muerte, una parte de ella realmente murió, pues después de tanto tiempo, había logrado ser lo que por años se esmeró en lograr. Pero de pronto, una decisión mal premeditada le arrebató su identidad.

¿Qué podía ser mas importante que aquello? Al fin y al cabo las cosas materiales van y vienen, el dinero también. El tiempo no se detiene y es lo único que podría ser mas importante que nuestra identidad. Para ser sinceros, a ella no le importaba el tiempo. Es mas, habría dado cualquier cosa por morir aquel día, de esa forma, sus sueños habrían sido truncados, pero al menos habría muerto siendo quien quería ser.

Sentada en el sofá de aquel apartamento que arrendó hace solo una semana, frotaba sus ojos con fuerza, como queriendo despertar de una pesadilla. Para su pesar, estaba mas despierta que nunca. La botella a su lado no había bajado su contenido tan rápido como de costumbre, de hecho, estaba estancado en un poco mas de la mitad. Las lágrimas, aquellas fieles acompañantes de su día a día habían recordado surcar su ojos.

Había arriesgado su vida en el examen de cazador con nada mas que un machete como arma. Todos en aquel lugar se veían mas fuertes y capaces de sobreponerse a una pelea contra una flacucha joven y un machete oxidado. Pero ella aun así lo había logrado. Casi murió al final, pero en vista de ello, Netero en persona le había entregado su licencia de cazador. La venderé fue lo único que mencionó en cuanto el más viejo le preguntó por los motivos para tal determinación. Este sin mas se largó a reír y abandonó la habitación.

Ese mismo año, con el dinero de su licencia, pagó la matrícula de medicina en la mejor universidad del mundo. Había estudiado demasiado, sentía que sus ojos escocían cada vez que se sentaba a leer. No obstante, ni ello ni la enorme presión la harían fallar. El dinero de la licencia solo cubría el periodo oficial de duración de la carrera, por tanto, no podía reprobar en ningun ramo.

Tras varios incidentes y decepciones, logró recibirse de Médico. Además, en medio de sus estudios universitarios y sin darse cuenta, inició la última fase de su examen de cazador. Su profesor de cirugía le había enseñado todo acerca del Nen y ella, tal una alumna modelo, lo había superado satisfactoriamente. Así, al final de cuentas, se había convertido en un Médico Cazador.

Ilusionada con entregar la posibilidad de cumplir sus sueños en vida a las personas, comenzó a ejercer. Sin embargo, las cosas se verían truncadas tras la aparición de un asqueroso corrupto: Haruno Ebisu. Luego de eso, le pareció haber muerto en vida. Quería salvar vidas, entregando vida, no salvarlas a cambio de otras. Desde ese entonces, se había convertido en una asesina a sueldo, no importase como le viera: desde ese día, no había vuelto a salvar una vida, no de la manera en que ella imaginó y eso ya era suficiente tortura.

Tal como aquella noche, mientras mas se dedicaba a pensar, mas profundo caía en la desesperación. Por lo mismo, rápidamente volvió a colocarse sus prendas, tomó las llaves del lugar y se escurrió por la ventana. Antes de salir, ni siquera vió la hora, pero estimaba serían mas de las 2 de la mañana. Sin embargo, la vida nocturna de aquella ciudad parecía bastante estimulada, pues aun había bastante movimiento en las calles.

Aquella noche había salido en busca de problemas, quería despejar su mente y aquella se había vuelto su única manera. Tras unos minutos andando a paso firme notó una presencia Nen. Dudó si seguirle o no, pues la última vez que le había visto se había alejado jurando no volver a verle. No obstante, también recordó aquella semana luego de eso: Phinks no había hecho nada, en cuanto llegó a la misión él no parecía enterado de su existencia, en cuanto se derrumbó todo, fue quién mas se preocupó por ella. Al parecer, el chico que fue su mejor amigo durante sus años en Ciudad Meteoro, jamas estuvo enterado de los planes de Kuroro y todo había sido culpa del de orbes negras.

Darkness [Chrollo Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora