Caso 4

1.7K 136 18
                                    

Luego de lo sucedido, como siempre, Yeo se dormía sin problema alguno, dándoles un buen susto por parte de sus compañeros. Mingi al igual que los demás, lo limpiaban para dejarlo cómodamente en su cama, evitando cualquier evidencia de lo sucedido.

La mañana siguiente llegó pronto, esperando a que su compañero de cabellera rubia dijera algo sobre anoche, pero eso nunca sucedió. Lo saludó como normalmente lo hacía, preguntándose a sí mismo si debería preguntar o no si lo recuerda, pero al leer sus acciones, está mas que claro que no recuerda nada. Sospechó que tal vez esa sea la razón por la cual WooYoung se fue a su ciudad natal y que YunHo le pidiera casi rogando que cuidara de Yeo. Todo saldrá a la luz tarde o temprano, pero por ahora, decidió disfrutar eso en los próximos días.

---------------------------

SeongHwa estaba en el balcón de su habitación, nadie se encontraba en casa salvo el bello duerme echándose una siesta. Según dijo que dormir demasiado le hace dar aún más sueño y cansancio corporal, duerme tanto que hasta se saltea el desayuno y de vez en cuando el almuerzo. 

Aprovechó el silencio del departamento para leer un libro, necesitaba relajar su mente por un rato. El clima estaba un poco frío, a si que acompañó su tarde con una deliciosa taza de café. Pero unos pasos arrastrarse viniendo hacia él lo distrajo, era YeoSang medio dormido.

-¿Ya dormiste tu siesta?- aún con sus ojos en el libro y sin oír respuesta, siguió preguntando.- los demás están abajo ensayando algunas coreografías, puedes ir si quier...- fue interrumpido por la drástica acción, se había sentado sobre el regazo del mayor.- oye, ya no eres un bebé como para sentarte así.-

-Me gusta estar así con hyung.- se abrazó más a su cuello y se acurrucó en el.- es cálido...-

-Es un poco incómodo ¿no crees?- estaba inquieto y un poco nervioso, tener a su menor en esa posición era algo totalmente inusual.  

-Hyung huele bien.- acarició su nariz en el cuello del pelinegro, causándole cosquillas.- también sabe bien.- por último, deslizó su lengua en el mismo lugar.

-Ya basta, estas muy raro.- alejó su delgado cuerpo con facilidad, al igual que hizo que se soltara de su cuello.

-Necesito ayuda y solo tú puedes ayudarme ahora.- su instinto de madre le hizo olvidar los hechos de hace unos segundos, prestando toda su atención a la exigencia del rubio.

-Ya dime ¿Qué sucede?-

-Necesito que me beses, ahora... por favor hyung.- sus pálidas manos se posaron en las mejillas del mas alto, estaban frías y sintió un escalofrío recorrer por toda su espina dorsal.

-Está bien, no se porqué pero lo haré.- besó su frente, luego vio como Yeo negaba con la cabeza refiriéndose a que era el lugar equivocado.- entonces... ¿aquí?- ahora había sido su nariz.- ¿tampoco? ¿y aquí?- lo siguiente fueron sus mejillas.

-Es aquí.- con sus dos manos, agarró en un puño el cuello de su camiseta y tirar de ellas, acercándolo a sus labios para besarlo, estaba impaciente. Apenas fueron unidos sus labios, Hwa lo separó.

-¡No, espera!- hizo caso omiso a su grito de advertencia, esta vez acercó su rostro a él ya que sus brazos fueron tomados por el pelinegro.

Ya no pudo separarlo de nuevo, besar al chico mas bonito del grupo era una fantasía para todos los integrantes de este. Una vez fue un tema de conversación cuando el visual no estaba, bromeaban entre ellos a que nadie se atrevía si quiera a besa su mejilla. Su personalidad era casi indescifrable, un día era amable y atento, otros era temperamental y necio, eso ultimo era lo mas recurrente, por lo que verlo siendo divertido o cariñoso era escaso en el.

-Esto no es correcto Yeo, deberías besar a la persona que te gusta, no a cualquiera.-

-A mi me gusta hyung ¿yo no te gusto? ¿es por eso que no quieres besarme?- la comisura de sus labios cayeron en expresión de tristeza.

-En ningún momento dije eso, tan solo esto no es lo que debería hacer un mayor con su menor.-

-¿Solo por eso no vas a besarme? Hyung malo.- golpeaba su pecho, unos delicados puños tras otro, descargando su enojo por no conseguir lo deseado.

-Te ves como un niño haciendo berrinche.-

-Ya deja de tratarme como un niño, te mostraré lo que este niño puede hacer.- se bajó de sus piernas para arrodillarse ante él. Comenzó masajenado su paquete por sobre el pantalón, usando la palma de su mano haciendo ligeros círculos.

-No juegues con fuego, te puedes quemar, ahora ya no sigas.- tan solo fueron palabras, que obviamente el menor ignoró con éxito. Quiso quitar su mano de allí, pero su otra mano fue más rápida y bajó el cierre del pantalón.

Hwa logró tomar el antebrazo de Yeo y se lo llevó a dentro para seguir regañándolo.

-¿Acaso perdiste la cabeza? ¿qué rayos estas tratando de hacer?-

-Quiero hacer sentir bien a hyung.-

-Yo me siento muy bien ahora mismo, el que necesita estar bien eres tu.-

-Entonces ¿puedes hacerlo por mi?- no se como, ni cuando, pero ya había sacado su pene de sus pantalones, estaba duro. Una delicada piel con toques rojizos envolvía el miembro, nunca había visto uno tan bonito como ese, aparte de no tener ningún tipo de bello a su alrededor. Estaba perdiendo la paciencia por completo, al igual que el razonamiento.

-AHG ¡A la mierda todo!-  empujó a Yeo sobre su cama, dejando solo sus piernas fuera.

Esta vez fue él quien se arrodilló, tomó el hermoso pene del menor entre una de sus manos, para comenzar a masturbarlo. Con su otra mano buscó en el cajón de su mesita un aceite de coco multiusos, que será de ayuda para poder deslizar su mano con más facilidad. Quitó por completo sus pantalones y ropa interior, empujando sus piernas hacia el pecho del menor y así dejar ver su lindo y rosáceo hoyo. Tenía una fantástica vista, era tan obscena que hasta su propio miembro comenzó a pedir a gritos ser atendido.

Luego de liberarse, usó su lengua para lubricar su apretado ano, también con la ayuda de sus largos y finos dedos dilataba aquella zona. Los gemidos de Yeo eran dulces melodías para sus oídos, dedicándole una armonía de sonidos para hacerle saber como se siente. Su saliva no era suficiente, utilizando el aceite para poder llevar sus dedos más profundo, hasta que finalmente pudo introducir tres dígitos con más facilidad.

-Quiero tu pene Hyung... ahora, por favor...- el mayor claramente estaba en su limite, quería sentir su interior caliente y apretado lo mas pronto.

Penetró su lindo orificio por fin, ambos jadearon y no se detuvieron ahí, sino que eran continuos junto a las severas estocadas que el pelinegro daba. No dejaba de apretarle y eso lo hacía aún más placentero, de igual forma iba en lo más profundo que podía, ya que en esa posición le facilitaba bastante. Puso ambas piernas del rubio por sobre sus hombros, de esa forma podía tocar sus pezones y ver como estos se ponían cada vez más rojos y erectos.

Sus intensas miradas estaban conectadas, aunque Yeo cabeceaba hacia atrás cuando el pene de Hwa lograba tocar su punto sensible. Sabía que esto no estaba bien y que tampoco este no era el tierno pollito que conocía, pero ¿Qué mas da? Si ni hasta él mismo se desconoce al hacer este tipo de cosas, tan solo había imaginado en besarlo, pero nunca llegar tan lejos.

Cambió de posición y lo sentó sobre él, abrazando su delicado cuerpo, quien no dejaba de temblar de satisfacción al cercano éxtasis. Siguió penetrando su trasero sin soltarlo, dando su última estocada profunda y viniéndose dentro. Aún entre sus brazos, sintió todo su peso caer sobre él, oyendo un leve ronquido antes de que se alarme por cualquier otra cosa.

S̲̅e̲̅x̲̅o̲̅m̲̅n̲̅i̲̅a̲̅ ┋Yeosang┋harem┋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora