Cyber Sex || Eruri.

Wish you were here right now.

Desagradable. Eso era todo en lo que podía pensar Levi mientras le daba a "skip" en todos los videochats que aparecían en su pantalla. Llevaba un largo rato sólo viendo penes.

Estaba aburrido y no tenía nada que hacer, entonces le había parecido buena idea meterse a omegle, una página de videochat, para hablar con gente que jamás vería en persona. No se le daba bien socializar al tener a alguien frente a frente, siempre tendía a soltar palabras groseras si se ponía nervioso o se sentía intimidado. No podía evitarlo, ya era algo que formaba parte de él. Además, en su escuela siempre hablaban sobre esa página y él sentía curiosidad, era sólo un adolescente. Le parecía una opción viable el videochat.

-¿Quieres jugar?-Escuchó la voz de un encuerado, acariciando su asqueroso y minúsculo miembro mientras soltaba leves jadeos.-

-...Asqueroso.-susurró Levi antes de darle nuevamente a "skip".-

Se recostó en su cama mirando al techo, haciendo el ordenador a un lado. Ya se había cansado de sólo ver penes de hombres viejos y arrugados pidiéndole jugar. ¿Qué era eso? ¿Jugar a qué? No tiene nada de divertido ver a un pervertido tocándose frente a una cámara, no entendía cómo no se sentían cómo unos idiotas haciéndolo. No parecía que hubieran personas normales allí, sus esperanzas eran cada vez menores y pronto terminaría por perder la paciencia y darse por vencido en encontrar a alguien interesante en tan peculiar página.

Algo había aprendido esa tarde: Todos esos hombres querían metérsela a pesar de ser un chico. No tenían ningún problema con eso, lo que le parecía a Levi lo único rescatable del asunto, al menos no eran homofóbicos.

"Qué bien, al menos algo rescatable" pensó. A él tampoco le interesaba el género de las personas a la hora del amor, pero seamos sinceros.. Esos hombres no se interesaban en el amor, probablemente sólo eran unos depravados, que mientras pudieran meter su diminuto pene en algún agujero, lo harían de tener la oportunidad. Él no era así. Con suerte había dado su primer beso. Ni siquiera había tenido su primera vez todavía, pero definitivamente sí le importaría la persona con quien lo hiciera y estaba seguro de que no quería a un pervertido degenerado que estuviera en esa página.

Se acomodó nuevamente con su pecho contra el colchón y meciendo suavemente sus piernas de atrás hacia adelante, volvió su visita hacia la pantalla.

-La última oportunidad y si me toca otro paje...-Se calló al ver a un rubio con grandes cejas en la pantalla. Llevaba ropa. O al menos una camisa negra de la cintura para arriba. Llevaba unos lentes y estaba escribiendo algo en una libreta. No se veía cómo si estuviera masturbándose por debajo de la mesa a escondidas, podía ver ambas manos sobre el escritorio. Suspiró en alivio.-Hola, ¿Qué estás haciendo?-preguntó con curiosidad. Era la primera persona normal que veía.

-Hola, estoy haciendo deberes, ¿Y tú?-Respondió simplemente.

Demonios.

Su voz era realmente hermosa, incluso si había dicho algo estúpido cómo eso, había sonado cómo música para sus oídos.

Sacudió la cabeza para borrar aquellos intrusivos pensamientos y luego respondió.-¿Por qué haces la tarea con la cámara encendida? ¿No te cuesta concentrarte con todos esos degenerados que enseñan la verga?-Dijo con disgusto, al recordar todos los penes que había visto.

-Sólo los salto cuando me aparecen, eres el primer chico que veo que no se la está tocando.-Suelta una risa.-

-Tú tampoco te ves cómo un pervertido, podríamos hablar por un momento para pasar el rato.-Propuso.-

-Claro, sería genial. Los deberes me están estresando a éste punto.-Ambos rieron.-

Pasaban los minutos, y ambos muchachos hablaban fluidamente sin tener ningún silencio incómodo entre los dos. Levi se había enterado de varios datos acerca del rubio con grandes cejas, llamado Erwin. Estaba estudiando para sus exámenes, pero no le gustaba estar en completo silencio y la música lo distraía, entonces solía entrar a omegle para no sentirse solo mientras hacía sus deberes de la escuela. También pudo descubrir que era un año mayor que él, siendo ya mayor de edad con dieciocho años.