Capitulo 26

32 8 21
                                    

Nadine D'Angelo

Era pasado de medio día, y yo corría por todo el palacio para alcanzar a despedirme. Nos habíamos levantando tarde, ni siquiera tuvimos tiempo de desayunar porque ya se iban, y él tenía que presentarse y yo despedirme.

Ya podía sentir a Jules gritándome en la oreja.

Salgo hacia la puerta principal, viendo como una de varias de las camionetas ya se estaban yendo mientras unas seleccionadas lloraban. Veo a Mila abrazar por última vez a su mamá antes de que se suba a la camioneta y que esta también se vaya. Victoria me hace una seña de que me apure, mientras Jules me mira enojada.

−¿Se fueron? -pregunto rápidamente llegando a ellas.

−No pude permitírselos −dice Kaylan acercándose a mí con una gran sonrisa de oreja a oreja, haciéndome revolver el estómago de buena manera. Su mirada es diferente, pude sentirlo desde esta mañana. Más intensa. Me hace una seña hacia mi familia que estaba medio escondida detrás de un gran pino.

Los abrazo con fuerza, tal vez por más tiempo del debido.

−Estaremos juntos pronto, ¿De acuerdo? Hay que resistir. -les susurro.

−Cuídate, hermana. −me pide Harvey con fuerza. Asiento.

−Tu igual.

−Estamos siempre alerta. -me susurra mi madre.

−Peonias. −dicen los tres.

−Peonias. -sonreímos. Abrazo por última vez a todos y más a Morgan que parecía bastante insatisfecha con su venia al palacio.

Verlos partir en esa camioneta me hizo sentir en calma, como si así ya estuvieran fuera de todo peligro. Suspiro aliviada, en paz.

Aunque esa paz no duro demasiado cuando Jules se me acerco con furia.

−No puedo creerlo −la vena en su frente parecía querer explotar. -Media hora tarde, Nadine −separa palabra por palabra golpeando con su índice el reloj en su muñeca. -No me importa que este su alteza aquí −lo señala, que parece divertido−él tiene que saber que yo no te eduque para llegar tarde.

−Lo sé, lo sé, no es tu culpa, solo que me sentía mal.

−¿De qué? ¿De dormir? Ni siquiera llegaste a desayunar, eso es una falta de respeto.

−No se repetirá. −prometo mientras las chicas me miran divertidas.

−Eso espero. -se da la vuelta y camina hacia adentro del palacio no sin antes decir: −Las veo en clase.

−Creí que su vena explotaría−admito cuando ya se ha alejado lo suficiente. Victoria suelta una risita haciendo que las demás la sigan.

−Siento que un día lo hará y no quiero estar ahí para verlo. −habla Prudence negando.

−¿Qué creen que salga de ahí? -pregunta Karla divertida.

−Algún moco extraño −opina Oli. Reímos.

−Vamos, Kaylan, ríete con nosotras. -dice Marianette acercándose a él y dándole un ligero toque coqueto en el brazo, este sonríe negando.

−Deberíamos irnos de picnic todos juntos, −opina este en voz alta−antes de que esto termine, ahora es más fácil, son ustedes más poquitas.

−Me encanta, hay que hacerlo. −lo apoya Victoria emocionada.

−Sí, deberíamos repartirnos platillos y hacerlos nosotras. −opina Mila.

Corona de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora