Capítulo 20

40 9 26
                                    

Nadine D'Angelo

Después de un rato, ya puedes dormir con tanto estruendo. Te acostumbras.

Las horas pasaron, el ruido nunca paro, sentí que había pasado una eternidad cuando por fin nos dejaron salir. Todos salimos con miedo. El lugar estaba destruido, había guardias y gente del servicio limpiando el lugar. Las paredes estaban rayadas con signos, advertencias, todo lo que vi antes de entrar; estaba destruido.

"Sangre por sangre" estaba escrito con sangre cuando pasábamos por las escaleras.

"Muerte por libertad"

El lugar es inestable, así que nos movemos con precaución hasta salir al exterior. Para mi sorpresa salimos por algún lugar del jardín, el sol encandila mis ojos impidiéndome ver por unos segundos. El jardín no esta tan mal como el palacio, o lo que puedo ver desde aquí.

Los guardias que nos resguardaron, aún lo hacen, listos para atacar en cualquier momento.

No puedo evitar pensar que aún siguen aquí esperándome.

Unos guardias pasan a nuestro lado corriendo, puedo escuchar que susurran:

−¿Creen que si muere, el príncipe deba subir al trono ya? -pregunta uno de ellos.

−Ni siquiera ha encontrado esposa, no puede subir sin ella. -le contesta otro.

¿Los encontraron? ¿Kaylan se abrá retrasado lo suficiente?

−Bien, chicas, por favor sigan las indicaciones y no salgan hasta que se les pida. Un guardia las acompañara. -habla Jules, deteniéndonos al terminar de pasar el resto de los guardias. −Vayan con cuidado.

Camina con rapidez al palacio, mientras las seleccionadas se empiezan a repartir con los guardias, Margot me entrega a Mina para irse a toda prisa con uno de los guardias. La imito, yéndome con el mío.

−No sé cómo funcione, pero se supone que tengo que irme. −le hago saber al que me acompaña, mientras nos dirigimos hacia adentro del palacio. El guardia me echa una mira confundido.

−No creo que se pueda ahora por precaución, pero lo hablare con el príncipe Kaylan.

−Gracias, aunque

Un pequeño estruendo me interrumpe, rápidamente haciéndonos poner en guardia. Las enormes puertas que dan hacia la recepción se abren, trayendo consigo a Kaylan, bastante alterado y preocupado, intentando ser detenido por unos guardias.

Sin decir nada, acorta nuestra distancia y me envuelve en sus brazos, estrujándome con fuerza. Su respiración es agitada e inconstante.

−Me alegro tanto de que estés bien.−me susurra separándome y tomándome por la cara. Pega su frente con la mía por unos segundos.

−Creí... esperaba que aún no llegaras. −tartamudeo con torpeza, alzo mi mirada para verlo mejor.

−Acabo de hacerlo. −suspira, sus ojos están llorosos y sus brazos tiene signos de forcejeos.

−Alteza, no es seguro estar afuera. −habla uno de los guardias.

−Vamos a tu habitación−pide, asiento.

Un grupo de guardias nos cuida mientras nos movemos en silencio. Kaylan en ningún momento dejo de sujetarme de la mano. Puedo sentir la tensión en su cuerpo.

La puerta de mi habitación tiene pintado con color rojo:

"No pueden amenazar a nuestra gente sin amenazarnos a nosotros" "Venimos por ti, búscanos"

Corona de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora