Secreto 5

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A la mañana siguiente le costó despertar. El calor a su espalda, los enormes brazos de Sasuke a su alrededor, la tenían atrapada en un duermevela cálido y agradable del que no quería salir. Abrir los ojos significaría volver a la realidad, enfrentarse a lo que había compartido con él, y era algo que no deseaba. Solo quería que el tiempo se parase y no tener que hacer nada, que decir nada. Al principio le funcionó, pero después le sintió moviéndose a su espalda y el calor agradable de su cuerpo desapareció. 

Era extraño escuchar a otra persona moviéndose en su apartamento. Desde que había salido del orfanato, siempre había vivido sola. Deseaba y necesitaba esa independencia tras tantos años sin intimidad alguna, y ahora se había acostumbrado a eso. Se dio cuenta de que Sasuke procuraba no hacer ruido mientras se vestía y después en la cocina, y eso le resultó agradable. Rascó unos cuantos minutos más en la cama y finalmente se levantó.

—Hola —saludó tímidamente al entrar en la cocina, al tiempo que se anudaba la bata en torno al cuerpo. 

—Buenos días —respondió Sasuke con su media sonrisa de pirata—. Estoy haciendo tostadas francesas. ¿Te gustan? —Sakura asintió, ciñéndose bien el batín. No había sabido qué esperar de él después de la noche que habían pasado juntos, pero lo que estaba viendo le agradaba—. Tienes frío —añadió él al ver su gesto.

—Soy un poco friolera —admitió Sakura con una sonrisa apocada. 

—Boston es un mal lugar para los frioleros. ¿Has estado alguna vez en Florida? —Ella negó con la cabeza y se acercó para sentarse en uno de los taburetes de la isla. Se sentía como un gato cauteloso, nunca había estado en una situación así. Pero el olor de la mantequilla y el azúcar era difícil de rechazar—.Creo que te gustaría. Es un poco húmedo, pero muy cálido. Y tiene mucha vida. Aunque tendrías que ir con cuidado y protegerte del sol. 

Sakura sonrió y se apartó el pelo del hombro. 

—Sí, piel blanca, friolera... lo tengo todo. 

—Tengo curiosidad, ¿tu familia es nórdica? Tienes unos rasgos muy noruegos.

—No, mi padre era de Oklahoma y mi madre de Kentucky. Aunque puede que nuestros ancestros sí provinieran de allí, lo cierto es que no lo sé. 

—La América profunda. 

Hubo un breve silencio. Ella se entretuvo mirándole las manos. Las recordaba recorriendo su cuerpo con la misma intensidad y cuidado con el que ahora sujetaban el pan de molde para cortarlo. Observó la flexión de sus dedos, la ancha palma, el vello negro que salpicaba los fuertes brazos. Sasuke se había puesto los vaqueros y la camiseta de manga corta, que marcaba todos sus músculos a la perfección. Estaba despeinado y sin afeitar, y también descalzo. Era una imagen cotidiana y a la vez sexy. 

—¿De dónde eres tú? —preguntó, tratando de apartar su mente de los recuerdos de la noche. 

—De Irlanda. 

Sakura alzó las cejas. Era cierto que había notado algo en su acento, pero era un matiz demasiado suave y no lo había reconocido.

—¿En serio? Vaya, no me lo imaginaba. 

—Así es. De Derry, para ser exactos. —Con la necesidad de hacer algo, Sakura se levantó y preparó la cafetera, mirándole de reojo mientras lo hacía—.Mi padre trabaja en una fábrica textil y mi madre es maestra. Tengo una hermana que sigue allí, así que voy a verles todos los años en Navidad y en primavera. 

—Una familia unida. Es bonito. 

—¿Y qué hay de ti? ¿Tienes familia?

Sakura escogió bien las palabras. Le gustaba aquella conversación, la forma en que Sasuke lo hacía todo natural y fácil y además llenaba la casa con su presencia. Era una presencia amable, que aportaba calidez en aquel día gris y frío, como una manta de lana, y quería que siguiera siendo así.

El Secreto de 🔒 S A K U R A ✨ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora