11. Despierto

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William

Desperté sintiendo frío y calor a la vez, con un dolor de cabeza insoportable y sin poder sentir casi la mitad del cuerpo de lo entumecido que estaba.

Me removí y me insulté a mi mismo, todo el maldito cuerpo me dolía.

- Will... ¿Estás bien? - Nick estaba sentado a mi lado, en el piso. Tenía ojeras y estaba pálido. Como si no hubiera dormido lo suficiente.

- Estoy... vivo eso es lo importante. - logré responder sin hacer un quejido.

- Liv fue tu salvadora, no se cómo lo hizo. - se levantó del suelo y se sentó a mi lado en la cama. - Y tampoco sé cómo logro que no me desmayara y la ayudará. Creo que me gritó tan fuerte que me hizo obedecer sin pensar.

- Ella siempre encuentra la forma de que hagas lo que quiere. - intenté reír pero me comenzó a doler la herida, por lo que lo evite. - ¿Dónde está? - pregunté girándome para todos lados.

- Mi mamá le dio algo para que descansara, ha estado aquí durante todo este tiempo, sin dormir. - me miraba como si el hablar conmigo fuera una especie de milagro... tal vez así lo era.

- ¿Cuánto...

- Tres días Will. No sabíamos si ibas a recuperarte, si despertarías. - bajó la mirada y solo en ese momento comprendí la gravedad de lo que había sucedido.

Recordaba a los guardias, me habían reconocido, uno de ellos apunto su arma hacia mi: - Casi me muero. ¿No es así? Me dispararon. - en respuesta asintió.

- Pero por suerte conseguiste una chica que sabe de primeros auxilios. Iré a despertarla si quieres.

- No. - respondí, en mi sensación, gritando, aunque con el dolor que tenía, pareció más un ruego. - Dejala dormir.

***
Olivia

- Liv, cariño. - estaba dormida en la habitación de Riza, era la primera vez que dormía en casi cuatro días. Desperté exaltada, solo iba a descansar un poco no a dormirme por completo.

- ¿Qué pasó? ¿Esta bien?

- Tranquila. Despertó.

No la dejé seguir hablando. Salí corriendo a toda velocidad hasta la habitación. Estaba semi acostado, se veía pálido, pero despierto. Se giró y al verme sonrió.

Extrañaba esa sonrisa, demasiado. Los ojos se me llenaron de lágrimas al recordar que por un momento creí que iba a morir.

- Gracias. - le dije mientras lo abrazaba.

- Yo soy quien debe agradecer. Tu eres la que me salvó a mí. - me apretó un poco contra su cuerpo y no pude evitar comenzar a llorar. - Estoy bien y gracias a ti. Calma.

- Creí que no ibas a despertar. Puse en práctica todo lo que sé y aún así no sabía si despertarías... fue horrible. - acomode el rostro en el hueco de su hombro y me dediqué a sentir su respiración. Había despertado y estaba bien.

- Es bueno verte con los ojos abiertos hermanito. - escuché la voz de Edgar pero no me importó.

- Will. - esta vez fue Emily la que hablo, senti como se tiraba sobre él; me moví un poco para que pudiera abrazarlo. - Will. - repitió.

- Estoy bien Em. - éramos dos tontas, él tenía que calmarnos a nosotras, cuando en realidad debería ser al revés.

Al girarme también vi a Kayla. Había venido, todos los días a ver a Will.

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