4. Caminata

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Buenas mis rebeldes.
Oficialmente voy a actualizar Sábados y Miércoles.

***

La utopía está en el horizonte.
Camino dos pasos,
ella se aleja dos pasos
y el horizonte se corre
diez pasos más allá.
¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso,
sirve para caminar.
Eduardo Galeano


Olivia

Tu padre... esa frase seguía dándome vuelta en la cabeza. Ese hombre me había dado la noticia más impactante de mi vida.

Estábamos escondidos en un callejón, seguía a Will por pura inercia. Me tomaba de la mano y tiraba de mi, pero yo no podía concentrarme.

En lo único que pensaba era en lo que ese hombre me había dicho.

- Liv. Olivia. Olivia. - alguien me sacudió y volví a la realidad. Will me miraba preocupado. - ¿Estás bien? - asentí, aunque no estaba muy segura de que fuera cierto. - Ponte la capucha, baja la mirada y no hagas movimientos bruscos. Vamos a cruzar. Es nuestra última oportunidad.

Pasar al otro lado fue sencillo. Los guardias eran aliados y nos dejaron salir caminando por, como ellos la llamaban, la puerta de atrás, sin problemas.

Mire hacia atrás una última vez. Estaba afuera, estaba del otro lado. En tierra salvaje, pero nada era como me había imaginado. A decir verdad, no me había detenido a pensar como sería, pero estaba segura de que está no era la forma que deseaba hacerlo.

No sólo había huido de mi propia casa, de mi familia, sino que a toda la situación con Aidan y Benson, se le sumaba el hecho de que tal vez no era hija de quién creía ser...

- ¿Quién es Daryl? Por favor dime. - le pregunté a Will. Me había detenido en el medio del camino, solo estábamos a unos metros de Arlen.

- No lo sé y no es momento para pensar en eso. - me tomo el rostro entre sus manos obligándome a que lo mirara a los ojos. - Debemos seguir, encontrar a Edgar y ponerte a salvo. Eso es lo más importante ahora. Tendremos tiempo para buscar a ese tipo. Te juro que te voy a ayudar, pero no ahora.

Asentí, tenía razón. La información que había recibido por parte de ese hombre me había descolocado por completo.

Caminamos durante unos 10 minutos hasta que encontramos a Edgar, estaba sentado en el capot de un auto.

- No podemos ir en auto. ¿Estás loco? Verán las marcas de las ruedas y nos encontrarán. - le soltó Will de mala forma.

- No es para ustedes querido hermanito. - respondió Edgar rodando los ojos. - Ustedes seguirán caminando hasta la casa de Nick. - agregó señalando con la cabeza al chico. - Y yo daré un par de vueltas en esta belleza y luego la prenderé fuego. Eso despistará a quien sea que los siga. Los veré más tarde. - se bajó del capot y se acercó a mí.

- Gracias Edgar. Todos... están arriesgándose tanto por mi. - se me hizo un nudo en la garganta y no pude seguir hablando.

Antes de que pudiera hablar me abrazó. Abrí demasiado los ojos y miré a Will, el cual parecía estar tan asombrado como yo.

- Cuida al tonto de mi hermano ¿De acuerdo? Haría cualquier cosa por ti. - susurró en mi oído con tono divertido. Asentí de forma que el solo pudiera notarlo. - Muy bien. Vayan. Riza los esta esperando.

- Ed. Promete que vas a estar bien. - le dijo Emily mientras lo abrazaba.

- Estaré bien Em. No te liberarás de mi tan fácilmente.

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