Las gotas de la lluvia pegaban los vidrios y el viento aullaba moviendo las hojas de los árboles. El clima de Manhattan pintaba de gris el cielo. Salgo de mi auto y corro con prisa hacia H&A para no mojarme. Al entrar al edificio saludo a mis compañeros de trabajo, quienes caminaban con apuro tratando de llegar a tiempo a sus labores del día. Hoy había muchas reuniones para ir programando avances en los productos que se lanzarían al mercado. Yo contaba con una reunión con la gerente en jefe para darle mi material de marketing.
Al llegar al ascensor presiono mi piso, pero antes de que las puertas se cierren un pie se atraviesa, impidiendo dicha acción. La colonia de Darwin impacta en el aire, y sus ojos azules se posan en los míos, generándome una sensación cálida de familiaridad. Me da los buenos días, y luego posa sus dedos en el botón del ascensor, seleccionando el piso. Queria hablarle, pero más personas entran con rapidez, antes que las puertas se vuelvan a cerrar. Quedamos en el fondo, detrás de cinco personas que hablaban sobre finanzas y noticias del día.
Queria que se vayan y tener un momento a solas para preguntarle porque no me envió la información sobre el evento al que asistiríamos, ¿se habrá arrepentido de invitarme? Tal vez llegó a la conclusión de que no era profesional que salgamos juntos, o simplemente lo olvidó.
No obstante, dentro de esas cuatro paredes y entre esa multitud de personas ahí estábamos nosotros dos, echándonos miradas cómplices y sonriéndonos sin darnos cuenta. Nadie lo veía, nadie observaba el brillo que portaban mis ojos aquella mañana.
Las puertas se abren en mi piso. Salgo y camino hacia mi oficina, para comenzar con mi trabajo. Debía avanzar con mis compañeros en la estrategia de mercadeo, y para eso estaba la primera reunión del día.
El día se encontraba pesado, y tal vez influía el hecho de que todos nos encontrábamos estresados al trabajar en proyectos nuevos y la presión que sentíamos sobre nuestros hombros. Muchas refacciones y detalles por corregir antes de presentar la obra final al mundo. Es como un lienzo al cual hay que pulir para que termine siendo una gran obra de arte.
Considero que la publicidad es una de las partes que entrarían en la categoría de importantes. Con ello llegábamos a un publico grande y si se hacia una estrategia adecuada, se elevaba la demanda. Bajo la dirección del tío de Darwin una vez realizamos un evento para presentar el producto antes de que salga. Podía compararlo con los desfiles que hacían los diseñadores para mostrarle al mundo los conjuntos de ropa, o como aquella exhibición de arte que realizaban los artistas para que observen y compren sus obras.
Cada quien tenia su estrategia, pero al final del día seguía siendo publicidad. Eso era lo que necesitaba H&A. En un evento social se hallaban empresarios, famosos, artistas, creadores de contenido, influencia de redes con millones de seguidores a quienes le llegarían nuestra publicidad, y que mejor que trabajar con las redes sociales. Somos una compañía que trabaja con la mejor tecnología, deberíamos estar al mismo nivel que las actualizaciones tecnológicas.
Mi idea se expandía no solamente en lo mínimo, sino llegar tanto a los jóvenes como los grandes, y que el producto sea accesible para todo el mundo. Espero que la publicidad llegue en todos lados; televisión, redes sociales, revistas, blogs, estaciones de radio. Y estaba trabajando en una estrategia que abarque todos esos ángulos.
Los demás departamentos seguían preparándose horas de horas. El primer prototipo estaria listo pronto, y luego se le harían arreglos con computadoras y maquinas que se encargaban de fijarse si había daños en el producto. Era un proceso largo, pero necesario para que no halla fallas, para que la calidad sea buena y el cliente este satisfecho.
Salgo de mi oficina y camino hasta la sala de reuniones. Ahí ya se encontraban algunos compañeros, estudiando los preparativos e intercambiándose ideas. Excepto Sawyer, que leí algo en sus hojas y estaba alejado de todos. Me recordaba a aquel estudiante de preparatoria que tenía excelentes notas, pero su vida social era muy reducida. Me acerco hasta él, detallándolo. Hacia correcciones al margen, mientras mordía su labio inferior. Algunas veces cuando lo miraba descubría que estaba haciendo eso, hasta que entendí que es una acción involuntaria que hacía cuando está muy concentrado. No se si el sea consciente de ese detalle. Algunas ondas de su cabello castaño caían sobre su frente. Sawyer era muy prolijo con su apariencia, siempre estaba muy vestido, pero esta vez había algo diferente en él. Ni siquiera traía su corbata de colores, era algo muy característico de su imagen, al igual que sus camisas blancas y mocasines marrones. En las mañanas llegaba con el cabello peinado y una colonia riquísima. Sin embargo, el Sawyer que veían mis ojos en este momento ni siquiera llevaba el cabello peinado. Caía de manera despeinada sobre su frente, y sus rulos relucían mucho. Nunca vi sus rulos. Su rostro lucía cansado, y bajo sus ojos cafés se encontraban ojeras.
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te odio hasta el punto de amarte
Teen FictionLuego de que pasara un tiempo desde su última relación y la muerte de su madre, Danielle, una inteligente y hermosa neoyorquina, cree que no esta lista para seguir adelante sin sentir culpa de todo lo que pasó en el pasado. Darwin Henderson, un ser...