Capítulo 15

29 6 15
                                    

Una mirada empieza todo, se conectan de algún modo.
La mente, la conciencia, el corazón.

— Algún día contaremos la historia de como salimos adelante y seremos la guía de superación para alguien más.— susurró pasando mis dedos sobre el cabello de mi pequeña bebé. 

Ella alza su cabecita al sentir mi toque y esos enormes ojos azulados me observan con ese destellante brillo de pureza y amor. En mi pecho se siente un ligero malestar al saber lo que pasará una vez que lleguemos a la planta baja. 

No permito que eso me derrumbe, por lo que, le sonrío mostrando mis dientes y ella balbucea llevándose un stitch de peluche a su boca. 

Cumplió su séptimo mes y me enorgullece el saber que aunque estaba rota, siempre estuve presenciando su crecimiento. Y así será en los próximos meses, años y hasta en mis últimos días.  

— Es momento, bebé.— la tomó en mis brazos y camino hacia la puerta de mi habitación. Antes de abrirla, la abrazo con fuerza y ella resguarda su rostro en mi cuello, casi presintiendo lo que nos espera. 

Y salimos, a pasos cortos y silenciosos. Bajamos las escaleras recién duchadas y oliendo a fragancia. Llevo su rostro escondido y mi mano va acariciando su espalda. Puedo sentir los ojos de todos sobre nosotras.  

— Buenos días, señorita Mollie.— el licenciado saluda amable. Extiende su mano invitándome a que ingrese a la sala, no observo a nadie mientras camino hacia el sillón de una plaza.

Pongo a Li sobre mi regazo, dándole la espalda a los demás y de mi suéter saco el juguete que tenía en la habitación, se lo entrego y la acurruco en mi pecho.

— Ya que estamos todos aquí, daré los resultados de la prueba de ADN extendida por la jueza, ¿alguna duda?— cuestiona y escucho murmurar a todos en negación. 

— Tengo un último testigo clave, su señoría.— anuncia una vez que la sala regreso a la tranquilidad— sé con con su testimonio, este caso será cerrado y quiero que el jurado preste suma atención a sus palabras.

— Hágalo pasar.— la jueza ordeno. 

En la última hilera hasta el rincón, un cuerpo masculino de cabellera pelirroja, se pone de pie. Todos en la sala giran su cabeza hacia él y se mantienen expectantes siguiéndolo con la mirada mientras él camina por el pasillo a paso determinado. 

Lo reconocí, fue el amigo que intervino aquella noche cuando Mitchell y Collins iban a golpearse. También, el mismo de mirada intimidante que me siguió hasta que la camioneta se alejo en la oscuridad.

— ...la coincidencia genética, es del noventa y ocho punto ocho porciento.— da el resultado y aunque permanezco con mis ojos cerrados, supe desde ese día en el juicio que Mitchell es el padre biológico de Liyana. 

Pero es inevitable no sentirme paralizada por la respuesta, y en mi cabeza crearse un cansancio psíquico. Pero puedo descansar, después de mucho tiempo con muchas interrogativas y alteraciones cognitivas, siento mi alma liberarse y aunque tal vez esto cambie todo, pudo salir la verdad a la luz. 

— ¿Mollie?— alzo la cabeza al llamado de Cassandra; mi madre. 

Sus ojos están humedecidos y en su rostro se refleja todo la culpabilidad que recae en su cuerpo, aprieta sus labios evitando que el grito que retiene salga disparado con tanto dolor.

Paso saliva antes de hablar:— Los perdonó. 

Las palabras salen desde el fondo de mi corazón, sin ellos yo no estaría aquí y sin mí; Liyana. Pero sin ellos aprendí a ser fuerte, a saber que puedo crecer y a travesar los obstáculos que se presenten, pude ponerlos en práctica a como me enseñaron. 

Nebulosa© #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora