Tú me haces vivir, tú me haces soñar... se me para y se me agita el corazón. Tú me haces reír, tú me haces llorar. Pero nada importa, cuando te veo, cuando te tengo, se me van las horas.
He podido dormir sin las interrupciones por las pesadillas o recuerdos y para mí es un gran avance, pero no el más importante.
Mientras dormía, pude comprender una cosa; la vida siempre quiso hablar conmigo pero nunca le hice caso... hasta anoche. Me abrazo, una ligera luz brotando desde la oscuridad, envolvió mi cuerpo que flotaba en soledad, me recordó que solo he venido a vivir, no a luchar ni a salvar, ni muchos menos a pagar ninguna deuda: simplemente a vivir.
Y creo que es momento de darle la razón.
— Gertude, hará una pequeña reunión y nos invitó.— comenta cortando en rodajas una zanahoria.
Nana es majestuosa, su piel es bronceada y algo arrugada, su cabello negro posee de algunas canas, sus matadores ojos gris y su carisma deslumbra en todos lados. Siempre la consideré como la abuela que nunca pude poder por parte de mi madre, ella es asombrosa y servicial, busca la manera de ayudar a las personas cuando lo necesitan y no espera nada a cambio.
Mesó a Lily con una mano que se encuentra en el porta-bebé sobre el taburete central de la cocina. Es una dormilona, pasa la mayor parte del tiempo con los ojos cerrados y tal parece que sabe distinguir el sonido de los árboles porque le gusta escucharlos y verlos cuando vamos al parque.
— Quería consultarlo contigo.— se gira dándome la espalda con la tabla de madera en sus manos para vaciar las verduras dentro del sartén— no quiero que tengas una escena por mi presión...
— Si quiero.— murmuró.
El volumen fue lo suficientemente bajo porque no lo escucha y sigue diciendo cosas preocupantes que pueden ocurrirme por querer hacer que vaya a un lugar con personas desconocidas que estarán cerca de mi entorno.
¿Cuándo podré progresar si no arriesgo?
— Nana.— llamo, haciéndola callar. Gira a mirarme limpiando sus manos en un pañuelo— puedo intentarlo.
Sus ojos y facciones son de esperanza pura a mis palabras, desliza su mano sobre el taburete hacia mí y sin pensarlo, imitó acogiendo la mía en la suya.
— Yo te cuidaré, ¿si?Asiento.
— ¿Has leído los libros?— pregunta, removiendo la sopa de verduras con un cucharón de madera.
En el centro de apoyo me prestaron unos libros de frases con recuerdos bonitos que citaron algunos literarios. Están algo viejos, con las pastas desgastadas y rotas, las páginas están amarillentas y tienen gotas secas de alguna sustancia liquida. Pero está bien, viajar en los recuerdos de cuando todo estaba en su lugar, me trae nostalgia.
La oscuridad no es del todo mal, me siento acompañada y escuchada en cuanto recito cada palabra de éstos, no sé si estaré volviéndome desquiciada pero a sido mi compañera desde lo sucedido. La manera en cómo puedo desahogarme y su voz me dice que estaré bien, que tengo que ir por fases y que la primera pude pasarla con éxito y que estoy en prueba de superación de la otra.
— Sí, me han ayudado un poco.— aprieto mis labios en una apenas visible sonrisa.
Puedo sentir sus ojos encima de mí pero sonríe negando con su cabeza, sabe que lo estoy intentando y está orgullosa, y yo... todavía me falta para compartir su sentimiento.
Sirve en los platos la sopa y en vasos el agua de jamaica, Lily aunque no pueda ingerir aun ese tipo de alimentos, nos acompaña babeando el guante de lana que cubre su mano para evitar que sus uñas puedan rasguñarle el rostro.
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Nebulosa© #2
Chick-LitPentalogía "Inmarcesible" #2 Mollie nunca imagino que ese día sería cazada por unos jóvenes universitarios solo por diversión, una sola noche basto para que todo en ella quedará destrozado. - Acabaron con mis sueños, y me consumieron. ¿Puedo volver...