Ch3 "La Misteriosa Luna"

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Mientras la triste luna observaba callada la sombra que aparecía por los campos de Hogwarts , unos gráciles cantos se oían en el bosque, tristes, melodiosos, cánticos de seres míticos que no dejarían ser vistos nunca por lo mirada de cualquier humano, solo aquellos especiales que al tener fe ciega en ellos. Y esa persona que caminaba por los campos la tenía en ellos, llevaba una ropa poco conocida por la gente, no era extraña ni llamativa, más bien misteriosa... Pantalones de color negro azabache, de pana con unas botas de deportes grises favoreciendo sus pendientes que con el reflejo brillaban... su camiseta blanca con las letras 'Moon' en distintos colores con algo de relieve. Sus pasos no resonaban, así que no llamaría la atención al guardabosques que vivía a las afueras del castillo.

Sus ojos centelleaban alegres y soñadores, sus pupilas con ese brillo misterioso que tenía su única mirada, azules electrizantes, como descargas punzantes su mirada podía penetrar en tu alma... pero en esos momentos sus soñadores y misteriosos ojos, curioseaban el camino invisible que le guiaban los cánticos celestiales. Una noche de Luna llena, mil peligros puede a ver... Hombres lobos, seres siniestros, oscuros magos planeando muertes... pero aquello era bello... sus luces plateadas iluminaban casi el interior del bosque, cada vez se adentraban un pocos más como intentando encontrar ese lugar que añoraban... No sabía que era lo que le pasaba, sus pies solo seguían los cánticos, necesitaba verlos con sus ojos, creia en ellos, pero si su hermosura era tal... quería aunque solo fuera una vez en la vida, poder encontrar una cosa que añoraba de infante.

Recordaba a su madre vagamente contándole historias sobre los Merflín, a veces al recordarla lloraba... era normal... Esas criaturas siempre habían estado en sus cuentos y sueños, a veces tan cerca y otras tan lejos, pero ahora enfrente suya, y eran reales... No cabía de la emoción, y aunque cada vez estuviera más metida en el bosque, no se arrepentía de seguirles. De repente pararon en un claro, poco más cerca de un viejo y robusto roble que daba cobijo a los animales... un pequeño lago desconocido se veía en la lejanía, mientras los seres seguían cantando con ese trino tan hermoso. Parecían ángeles, pero con un toque de misterio atribuido a su rareza... los ojos de la muchacha centellaban vivaces esperando lo que viniese después.

Pero no se espero que un Merflín se voltease y la mirara directamente a los ojos, eso la paralizó. Los preciosos cabellos plateados y finos como la seda cayendo delicadamente por su cara, sus ropajes blancos, túnicas de épocas antiguas conservados desde el principio hasta esos días... sus ojos azul plateado hipnotizaban a la chica, no por algo, eran unas de las criaturas más hermosas de la tierra aquellos seres que tenía enfrente. Con pasos graciales se acercó a ella que había atendido a todo mientras detrás de un árbol los había observado. El Merflín se quedó enfrente de ella mirándola, mientras que en sus manos portaba una hermosa cadena plateada con una extraña figura colgando... Le puso el colgante a la chica con una media sonrisa, pero esta le miraba confundida... Él posó sus manos en la frente de la muchacha y murmuró unas palabras desconocidas para ella.

- Jhelokse Nathai Numan (1) - y su palma brilló haciendo que cerrara los ojos.

No sabía que le había ocurrido, pero no quería abrir los ojos, se sentía aturdida y algo fatigada... Entonces calló pesadamente al suelo... Pero no notó el frío, ni tampoco la pesadez de este, sino algo blando y mullido. Sus ojos no querían abrirse aún, pero sus manos se movían recorriendo el lugar... ¿una cama?.¿Había estado todo el tiempo en su cama? No... no podía ser... no había sido un sueño, lo cabía. Con forzoso trabajo, sus párpados se fueron abriendo para darse cuenta que correctamente estaba en su habitación, decepcionada por esa revelación, se dirigió al baño para despejarse. Su cuerpo algo adolorido, pero que livianamente se movía sin problemas, y un extraño objeto colgando de su cuello pasaba desapercibido para ella, no más tiempo de mirarse al espejo y verlo, sus ojos se abrieron de sorpresa y una sonrisa triunfante se formó en sus labios, no había sido un sueño, eran real.

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