Capítulo 3: Así son los chicos del club de natación del Instituto Iwatobi.

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 Momoka abre los ojos, pero los cierra de inmediato al ser cegada por el sol. Los frota mientras incorpora su cuerpo. Estira los brazos y bosteza. Vuelve a abrir los ojos. Makoto ya no está a su lado, lo más seguro es que haya salido a fuera. Se levanta y se tapa con la camisa de su compañero debido a un escalofrío que la brisa, que corre por la puerta rota de sala, le provoca. Está un poco aturdida por todo lo que ocurre; ella y Makoto solos en una cabaña, ¿y no había pasado nada? Está empezando a desperdiciar su vida.

  Sale a fuera y camina hacia la playa parándose a mirar flores por el camino; cuando pasó por allí la primera vez no se había fijado en lo bonitas que son y lo bien que huelen.

  El sol resplandece con fuerza esa mañana, la arena incluso parece brillar al ser iluminada por los rayos. Allí está Makoto, parado frente a la orilla sentado en el suelo contemplando el mar. Momoka se acerca a él y se queda de pie a su lado, ninguno dice nada, se limitan a mirar el paisaje y a la barca que viene directa hacia allí. Una suave brisa les sacude el cabello.

-  Nunca te lo dije… Ayer preferí escucharte a decir nada - dice Makoto. Mira hacia su amiga y sonríe tímidamente, como si realmente quisiera llorar -. Yo… Le tengo miedo al mar, Momoka. - Ésta se sorprende. Él agacha la cabeza y vuelve a mirar hacia delante. A Momoka no le salen las palabras, no encuentra nada adecuado que decir en este momento. ¿Él se había adentrado en esa ola, a pesar de su miedo, sólo para protegerla? ¿Por qué lo habría hecho? - Todo se remonta a cuando aún era un niño en la escuela primaria, yo solía ir a visitar a un señor que vendía pescado en el muelle… Un día salió a pescar a pesar del mal tiempo... una ola se tragó el barco de lleno acabando también con la vida de ese pobre señor. Desde ese día le he tenido pánico al mar. - Makoto se levanta. El silencio comienza a incomodar tanto que Momoka no puede seguir mirándole y decide apartarle la mirada; se siente culpable de haberle arrastrado hacia esa ola, de no haber hecho caso a sus gritos, de haber discutido con él. Puede que piense que es un acosador pervertido, pero es un gran amigo y una muy buena persona, sensible, algo tímida… Como ella.

  La barca cada vez está más cerca. En ella se puede divisar a tres chicos de su edad que mueven los brazos de un lado a otro para que se fijen en ellos. Deben de ser los amigos del club de natación al que asiste Makoto. Parecen emocionados al verles allí en la arena. El chico de pelo rubio se abalanza sobre sus amigos y salta de la barca, antes de que esta pueda parar, para correr hacia Makoto y darle un gran abrazo. Ambos caen sobre la arena. Momoka esboza una risa.

-   Ohh Mako-chan, ¡nos tenías muy preocupados! – dice mientras le achucha. Makoto se ríe. Los demás bajan de la barca gritando su nombre y se lanzan sobre ellos. Parecen un gran bocadillo.

-  Chicos, chicos, que estoy bien, no hace falta que me aplastéis. - Todos se levantan y sacuden la ropa para limpiar la arena que se les ha pegado. Makoto también se levanta y se dirige a su amiga. La coge de un hombro y la acerca a él con una sonrisa -. Os presento a Momoka Hidemiki, por si alguien no lo sabía va en mi clase y es la famosa gimnasta que ganó seis años el campeonato nacional.- Ella se pone colorada y lanza un suspiro al aire temiendo lo que puedan decir los compañeros de Makoto. El rubio se acerca a ella y le coge una mano. Sus ojos rosas brillan con intensidad y una gran sonrisa está dibujada en su rostro. Momoka le mira algo asustada.

- ¡ES UN PLACER CONOCERTE! ¡ME LLAMO NAGISA HAZUKI Y SOY UN GRAN FAN! – agita la mano de arriba abajo entusiasmado. Makoto separa a Nagisa de su amiga para que no le rompa la muñeca. Los otros dos se miran entre si sorprendidos. Momoka se agarra la mano, dolorida. El chico de las gafas rojas y el pelo añil se acerca y la mira descaradamente de arriba abajo.

-  1’67cm, 53kg, composición delgada - asiente y le mira a los ojos -. Mi nombre el Rei Ryugazaki, antes hacía salto de pértiga en atletismo, pero Nagisa me convenció para que me uniera al club, encantado.- Momoka aprieta los puños. Makoto se lleva la mano derecha a la cara para no ver lo que teme que va a pasar, ya que Rei se ha quedado embobado mirando la delantera de su amiga, muy descaradamente, con aires de pervertido.

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