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Capítulo 12: Campeonato Nacional de Gimnasia Rítmica. Todo o nada.

Las chicas de conjunto esperan ilusionadas a su entrenadora en el aparcamiento del pabellón en el que se celebra la aclamada final del Campeonato nacional de gimnasia rítmica. Ritsuko y Shizuka estuvieron preparando pancartas durante toda la noche y bostezan apoyadas en sus otras dos compañeras, las cuales tienen en mente dejarlas caer para dejar claro que no son una almohada sobre la que dormitar a gusto.

Miho Amakata llega en coche junto con Gou y Goro para encontrarse con sus estudiantes. La pequeña Matsuoka saca los regalos del maletero del escarabajo de la profesora y corre a junto de sus amigas. Un taxi llega al mismo tiempo parando a la altura de todos, del cual bajan Rei, Rin, Haru y Nagisa. Hazuki está realmente efusivo y entusiasmado por ver a Momoka participar en una final a nivel japonés, tras tantos años de espera. Todos tienen muchas ganas de verla, sobre todo, luciendo el maillot y los aparatos que le van a regalar.

Makoto está tumbado en cama. Tiene puesta la chaqueta, el móvil en la mano y la cartera a su alcance, pero no reúne valor para llamar al taxi que le llevará al pabellón en el que Hidemiki compite, quizá, por última vez en su vida. También tiene que pedirle perdón por ser tan egoísta el día anterior y no escuchar primero a su amiga. Ahora comprende que no importa a quién le haya contado primero el problema, sino que lo importante es que tuviera el valor suficiente de ir a buscar su consuelo sin esperar nada a cambio, ni si quiera una buena reacción, porque ella confiaba en que él lo entendería, y le falló. Hirió sus sentimientos. Sabe que, a pesar de su mal comportamiento, la discusión no fue tan grave, que con pedir disculpas y sincerarse con ella puede que valga para hacer las paces, pero... ¿por qué tiene esa sensación de desasosiego en el pecho? ¿Qué le está preocupando realmente?

Momoka mira fijamente la pantalla del teléfono. Desde que discutió con Tachibana no ha dejado de desbloquearlo para ver si recibía algún mensaje del joven en el que le pidiera perdón, un "lo siento" es más que suficiente para hacerle sentir tranquilidad, una tranquilidad que se desmorona al ver que los minutos y las horas siguen pasando y no tiene noticias de él. Ni si quiera confía en que vaya a verla actuar; estaba verdaderamente enfadado el día anterior.

El auto que lleva a Hidemiki llega a su destino. Baja del taxi y se dirige hacia sus amigos que le esperan nerviosos todos juntos. Momoka mira a todos lados.

Makoto no está. Tal y como esperaba.

— ¡Aww, Momo-chan! ¡No puedo esperar más! —grita Nagisa mientras corre a abrazarla —. ¡Estoy muy nervioso por verte competir! —Hidemiki solloza una risa y separa al joven. Juntos caminan hasta frente al resto.

— Enhorabuena por llegar hasta aquí, Momoka —La felicita Goro Sasabe guiñándole un ojo y poniendo en las manos una V de victoria.

— Gracias. Os agradezco mucho vuestro apoyo —contesta cortésmente. Rei y Hazuki se miran entre sí.

— Tenemos una sorpresa para ti, entrenadora —dice Amaya. Momoka se sorprende.

Todos se separan y, bajo las pancartas de ánimo que le han hecho, se encuentran unas bolsas con un regalo en su interior. Hidemiki mira a un lado y a otro sin saber todavía cómo reaccionar ante la situación. Rin le hace una pequeña seña moviendo ligeramente la cabeza hacia los paquetes, para que esta se lance por fin y los abra. Momoka capta la indirecta y camina lentamente hacia donde están situados. Todos la miran expectantes por saber si le gustará la sorpresa que le han hecho. Ella abre la primera caja y de ella saca una hermosa pelota rosada y un aro dorado.

Está completamente emocionada. No hace ningún movimiento, ni si quiera pronuncia palabra, pero la expresión brillante de su mirada lo dice todo.