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6 meses, ese era el tiempo que había pasado desde la ultima vez que Hoseok había visto a Yoongi y viceversa.
Kai veía a su padre, cada miércoles y viernes, para su mala o buena suerte, este era uno de esos días.
— Mamá, pero yo no quiero ir— dijo Kai, reclamándole a su madre.
— Hijo, es tu padre y debes verlo— dijo Hoseok mientras sacaba cosas del refrigerador.
— El no es mi padre, te hizo daño— comentó Kai con seriedad.
— Kai ya hablamos de esto, los problemas que yo tenga con tu padre, son nuestros, no quiero que te involucres— dijo Hoseok, volteando a ver a su hijo y acariciando su mejilla.
— Es que mamá...— decía Kai.
— Es que nada, pase lo que pase el seguirá siendo tu padre— dijo Hoseok.
— Prefiero que mi padre sea Jungkook hyung— murmuro Kai.
— Vete a cambiar, que Jungkook llegara pronto para llevarte— aviso Hoseok, ignorando lo dicho por su hijo.
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30 minutos después la puerta principal fue abierta, llamado la atención de Hoseok, quien dejó de hacer la comida para dirigirse a la entrada.
— Llegaste— dijo Hoseok, acercándose a el más alto.
— Si, ¿cómo estás?— pregunto Jungkook, mientras le daba un beso en la frente a Hoseok.
— Bien, estaba haciendo la comida— contestó, regresando a la cocina.
Jungkook dejó su portafolio y saco, en una silla del comedor para adentrarse a la cocina, se puso atrás de Hoseok, quien sintió el aliento del alto chocar en su cuello.
— ¿Qué estás cocinando?— susurro Kook en el oído del menor.
— Bimbap— contestó Hoseok con nerviosismo, sintiendo como una corriente eléctrica se apoderaba de cuerpo.
