¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El silencio abarcaba todo la oficina de Hoseok, era un día tranquilo, Seokjin había faltado, pero la verdad es que no tenían mucho trabajo que hacer.
Las llamadas eran mínimas, no vio el momento en el que se quedó dormido con su cabeza encima del escritorio.
Su alarma sonó, indicando que era hora de ir por Kai.
Se levantó de la silla con pereza, tomo sus cosas para ir por su hijo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hoseok estación el auto afuera de la escuela, bajo de el carro y lo cerró, iba caminando mientras veía su teléfono esperando algún mensaje o llamada de Yoongi.
Hasta que tropezó, se estaba preparando para el golpe, pero unos fuertes brazos evitaron el impacto, causando que Hoseok diera un brinco sorprendido.
—¿Estás bien?—pregunto una voz masculina.
Hoseok volteó para contestar y agradecerle a aquel hombre, pero grande fue su sorpresa al ver quien era.
—¿Jungkook?—pregunto Hoseok con duda.
—¿Hoseok? Ohhh... por dios, mírate te ves muy bien—contestó Jungkook con una sonrisa.
—Muchas gracias, tú también te ves muy bien—comentó Hoseok con una sonrisa y un leve sonrojo.
—¿Cómo estás?—pregunto Jungkook.
—Muy bien, perdí el contacto contigo, pensé que te habías enojado conmigo—comentó Hoseok algo avergonzado.
—Bueno si me enoje un poco contigo, pero ahora estoy muy feliz de verte.—contestó Jungkook con emoción.
—¿Y que te trae por aquí?—pregunto Hoseok.
—Ohh...vengo por mi sobrino—contestó Jungkook, mientras señalaba a un chico salir.