Seducción (Jenlisa) PAUSADA

Propuesta

-Alguien parece nerviosa

Jennie dejó de morder su una y rodó los ojos. Lo cierto era que estaba aterrada, y empezaba a impacientarse

-¿No se supone que estaba en camino?

-Bueno nunca dije en que medio de transporte- Seulgi se encogió de hombros- quizás viene a pie

-O en un caracol- bufo apartándose el pelo del rostro- bien, necesito un trago

-¡Enseguida!- La bartender se giró. Tomó un vaso, le agregó hielo, y sirvió la bebida, todo bajo la atenta mirada de la coreana- todo tuyo

Jennie arrugó el entrecejo al verla deslizar el vaso en su dirección

-¿Pepsi?

-Es lo más fuerte que tenemos para chicas de Kinder

La castaña la escrutó con la mirada. Empezaba a sacarle de quicio que todos la tomaran como una niña

-Quiero alcohol

-Lo siento, no somos farmacia- Seulgi miró su móvil por un momento y se enserio- sigueme

La menor lo dudo un momento pero finalmente accedió. Ambas caminaron hacia el pasillo por donde había desaparecido la pelirroja, y por un momento Jennie temió que fuese al mismo lugar a donde se dirigían

-¿A donde vamos?

No hubo respuesta. Al final del pasillo las dos se adentraron en un ascensor angosto. El teclado tenía solo cuatro botones, los primeros 3 enumerados, y un último con las iniciales LM, el cual fue justo el que presionó la barman

-Aun puedes cambiar de idea teletubbie

-Jennie kim no cambia de idea

-Que vanidosa

Las puertas se abrieron dándole acceso a un segundo pasillo con una única puerta al final.

-Bien, adelante

La castaña tragó con dificultad y avanzó fuera del ascensor, notando que la bartender la miraba aun dentro del ascensor

-¿No bajas?

-No me gusta hacer mal trio- le guiñó un ojo y presionó un botón

-¡Espera, no te...!- pero las puertas se cerraron, dejándola con la palabra en la boca- vayas...- completó en susurro y giró hacia la puerta ¿que había allí?- ¿y si es una trampa?

Se había confiado demasiado, ¿qué le aseguraba que allí no estaba la tal chaeyong o algún viejo pervertido con ganas de comerse a una jovensita?

-Supongo que tendré que averiguarlo

Jennie acomodó su camisa y atizó su cabello un poco inquieta y caminó hasta la puerta. Su corazón martilleaba con fuerza, lo desconocido la ponía expectante, pero había ido a ese lugar para ver a esa mujer y eso haría

Dos golpes de nudillos y esperó, en el interior podía escuchar una tenue música de fondo, seguido de el rezonar de tacones y eso último la acobardó. Estaba lista para darse media vuelta en huida cuando la puerta se abrió dejándola sin aliento

-Buenas noches Kitty

La pelinegra de cabello rizado la miraba con una sonrisa ladina en los labios y al igual que la noche anterior, la mitad de su rostro estaba oculta detrás del antifaz

-No me digas que te acobardaste- agregó la misma chica divertida

-Nunca- mintió recobrando su seguridad