MUCHO ANTES DE NACER

Capítulo15 - Aturdida

El pozo que la contenía terminó por dejarla en la superficie, el sol acariciaba su rostro pálido e inanimado, la sensación de aturdimiento le dejaba un sabor peculiar en sus sentidos, ¿dónde estaba? ¿qué hacía en ese lugar? ¿porqué le dolía la cabeza?

Selenix se llevó la mano derecha a la parte posterior de la cabeza, un dolor sangrante le mandaba señales de peligro a todo su cuerpo. Con su mano pudo sentir cómo un poco de sangre le dejaba marcas de un golpe, una herida, no podía recordarlo. Se sobresaltó en gran manera cuando vio que un hombre se encontraba parado en una de las esquinas de la celda que la contenía.

-Buen hombre -su voz sonaba hecha añicos por el miedo- podría decirme qué me pasó y qué hago aquí.

-No lo sé, dime tú, ¿cuál ha sido tu plan desde el principio? Porque guardarme detalles de la huida, si haremos esto debemos confiar el uno en el otro, ¿no sabes a cuántos peligros nos expusiste? Hasta que hablemos del verdadero plan de escape yo me quedo aquí, ¿lo entendiste? -Todo el tiempo Alexey sonó enojado.

-Creo que no me ha comprendido. Es evidente que he sufrido de un duro golpe, porque lo único de lo tengo certeza es que no sé bajo qué circunstancias me encuentro aquí, y mucho menos sé del todo quién soy. A juzgar por la celda estoy presa, y por las marcas en las paredes alguien lleva demasiado tiempo aquí, más del que pueda contarse y recordar. Además, la sangre que mana de mi cabeza creo que es la fehaciente prueba que usted es mi agresor, así que debe comenzar a hablar.

-Es demasiado buena haciendo conjeturas y analizando su entorno, pero muy mala para mentir, así que Selenix, su gran majestad, comience a hablar antes que me despaciencie, y decida dejarla a su suerte, ahh, lo olvidaba, cómo había dicho, sí, es cierto tiene un plan extra siempre para todo.

Ahora, si no vas a hablar, déjame dormir un rato más.

Alexey terminó acomodándose en el incómodo catre que le servía para reposar, se cubrió el rostro con el brazo izquierdo, formando una línea asimétrica. Sus piernas eran muy largas para el diminuto sitio donde se acostaba, pero había resistido a peores escenarios antes de llegar a dónde estaba. Sin darle más atención a Selenix terminó profundamente dormido, cuando despertó ella ya no estaba en la celda.

Una sensación calamitosa se apoderó de él, no podía dar crédito a lo que observaba, la completa soledad inundaba la fría celda que había estado compartiendo con esa exasperante mujer desde que llegó. Cómo pudo haber caído en un completo y profundo sueño que ni siquiera se dio cuenta cuando se la llevaron, o ¿se escapó? De verdad que no la entendía, y lo peor de todo es que él realmente quería cumplir con la promesa que le había hecho, a pesar de lo que proyectaba para afuera era una buena persona, con principios moralizantes y buen corazón.

Poco a poco comenzó a preocuparse por Selenix, era cierto que ella es decidida, valerosa, y mucho más resistente de lo que aparentaba, pero el solo hecho de no saber qué había pasado con ella lo corroía y lastimaba en sobre manera. Todo el día estuvo gritando a los guardias que los custodiaban, ese lugar era muy particular, estaban en un sitio preparado para servir como un tipo de prisión, y tenía la capacidad de alojar más presos, pero hasta antes solo habían estado allí Selenix y él, no sabía a lo que respondía esto, pero algo comenzaba a darle muy mala espina.

Una voz que no sabía de dónde provenía le causó un agudo dolor de cabeza, -Has caído en tu propia trampa, y cabado tu tumba- escuchó claramente la sentencia, pero una vez más falló en localizar el sitio del cual provenía.

Los barrotes se abrieron inesperadamente y como si fuese por arte de magia, la prisión quedó completamente vacía, abandonada si quisiera creerse. Lo peor de los sueños lúcidos es que parecen reales, se mezclan con lo que alguna vez fue y no pudo ser al mismo tiempo, hasta que la única salida es buscar la llave que se esconde en ti. Siguió avanzando fuera de la celda, tentaba con la vista nublada por la niebla a encontrar a Selenix, no podía darse por vencido, pero no hallaba la manera de verla. Recorrió por lo ancho y angosto del lugar, siguió la mirada de la luz que aparecía agazapada por las tinieblas, hasta que encontró la salida de ese sitio.

La voz volvió a resonar invadiendo el desolado lugar – "La puerta que te conduce a la salida solo se abre ante ti una vez. Debes elegir a un compañero para salir, o quedará atrapado para siempre". El egoísmo humano no nos deja tomar las riendas de nuestra vida porque él decide por nosotros, aunque esto es cierto y justifica nuestras acciones, hay personas que no podemos dejar atrás y más si hay promesas que pagar- esto pensó Alexey en respuesta a aquella voz.

Cuando abrió los ojos despertó en la misma celda donde estaba. Su agitación dejaba al descubierto que una sombría pesadilla lo había estado mortificando.

Selenix lo miró desde el otro ángulo de la celda, no se veía para nada bien, tenía la cara más pálida que de costumbre y cuando le tomó de la muñeca comprobó que su pulso era más débil de lo normal. El plan de escape y salida debía efectuarse a pesar de todos los presagios desafortunados que tenía en mente. Sacó la llave e inició los preparativos. Muy tarde en la noche, cuando los guardias se dejaban abandonar por el cansancio, tomó a la mujer que yacía inconsciente, la cargo sobre su espalda y con la mayor ligereza que podía permitirse se lanzó a la muerte segura, esperando que un milagro pueda ayudarlos a huir esta vez.

El grito ensordecedor estalló ya en horas de la mañana, cuando el guardia de relevo se percató de la ausencia de los presos. Una pelea feroz se desató a causa de esto y varios de ellos tuvieron que pagar con sangre por haber permitido la fuga de ese lugar.

La búsqueda comenzó inmediatamente, en la fortaleza que servía de calabozo se extendía como una plaga el miedo y la desesperación, como el río que fluye y no detiene su curso, nadie podía detenerse.

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Nuevo capítulo. 

La espera se hizo larga. Espero sigan apoyando la historia. Dejen sus comentarios para saber qué opinan. 

Saludos 

Atte. La autora