Viernes 9 otra vez 【RanWan Soulmates】

Día Cero

Todo el mundo tiene un alma gemela. Y en todas las vidas, uno se encuentra con su alma gemela. A veces puede ser romántica, a veces puede ser platónica. Lo importante, es que sin importar nada, el universo se encargaría de hacer que en algún punto de tu vida, la gente coincida con tu alma gemela.

¿Por qué? Nadie lo sabía. Era una de esas preguntas universales que simplemente no tenía una respuesta. Algo que pasaba, que pasa y que pasará, algo que solo hay que aceptar y vivir con ello.

Esa persona no es tanto así como tu otra mitad, sino, como alguien que te complementará. Con algo que puede ser definido con dos palabras: "Afinidad Inconmensurable".

Es más fácil encontrar a tu alma gemela platónica, basta que exista el más mínimo contacto físico, piel con piel, para recuperar de manera inmediata todos los recuerdos de las vidas pasadas que llegaron a compartir.

En el caso de un alma gemela romántica, las cosas se complican más. Realmente más . Es necesario un contacto más... "íntimo". A veces era un beso, a veces era llegar hasta "el último nivel", las cosas fluctuaban mucho de persona en persona. Y ese era exactamente, el motivo por el cual era mucho más difícil darse cuenta de que alguien es tu alma gemela romántica.

Hay historias sobre personas que pasan décadas interactuando con alguien, sin darse cuenta de que esa persona es la indicada. O de extraños que decidieron follar en el baño sucio de una taberna, para darse cuenta en el acto que: "Oh mierda. Somos almas gemelas".

¡Sin embargo! El universo tenía sus propios ases bajo la manga para evitar que alguien se perdiera la oportunidad de darse cuenta que su alma gemela era... pues, su alma gemela.

"El hoy será el mañana y el mañana será el ayer.

Recorre nuevamente el sendero hasta darte cuenta del punto en el que te perdiste.

Así será en ese momento y así será para siempre.

Sólo cuando encuentres la salida correcta, serás capaz de avanzar.

Entonces el mañana será el mañana y el ayer será el ayer ".

En resumidas cuentas y sin tanta palabrería bonita, para evitar que alguna de las dos partes muriera sin que llegaran a establecer su "vínculo" como almas gemelas, el universo jugaría con el tiempo y el espacio. De tal forma que una de las partes, usualmente la que no estaba destinada a morir tan pronto, reviviera una y otra vez, el último día que estuvo en compañía de su alma gemela antes de que esta muriera.

Era... aterrador. Realmente aterrador. Inclusive había un libro famoso llamado "Los mil días en los que más te amé". Relatando la historia de una joven que tuvo que revivir el mismo día durante cuarenta años, incapaz de encontrar a quién era su alma gemela. A fin de cuentas, había sido un amigo de infancia que ese mismo día había sido enviado a la guerra de trincheras, en la cual perecería tres meses después. Se saludaron menos de siete segundos aquel día ¿Cómo no iba a ser difícil darse cuenta de que era él?

Mo Ran había leído ese libro una y otra vez desde que su madre murió, sabiendo que había sido su favorito. Ella le había contado como fue conocer a su padre y descubrir que era su alma gemela. Y lo doloroso que fue el perderlo meses después debido a un matrimonio sin amor en el cual el hombre se vio envuelto.

Por lo cual, a la edad de diez años, Mo Ran se hizo una promesa: Sin importar qué, él encontraría a su alma gemela y haría que fuera la persona más feliz del mundo.

De ninguna manera, él se vería atrapado en ese tipo extraño de maldición —o bendición, dependiendo del punto de vista— en el cuál tendría que repetir el mismo día de su vida una y otra y otra vez.