10.

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El peli rubio tenía la boca seca después de haber tenido un sueño desagradable, más parecía una pesadilla.

Con los ojos aún cansados parpadeo y colocó sus pies fríos sobre el suelo de su habitación, movió sus hombros hacia atrás y miró la hora en el despertador a un lado de su cama.

5:40 am, al menos no era tan temprano, pensó, de todos modos ese mismo día comenzaría a trabajar y qué mejor que ya estar listo tres horas antes, ¿no?

Suspirando, se levantó y bajo a pasos lentos hacia la cocina, el clima estaba un poco de frío y su pijama era ligera, sobaba su cuello mientras repasaba en su cabeza los pendientes que haría ese fin de semana. Le preguntaría luego a Lynz si le molesta si realizaba su tarea en el local.

Tomó un vaso de vidrio y con cuidado, sirvió agua. Sintió al instante su boca y garganta fresca, luego aventó el vaso en el fregadero y a punto de volver unos minutos más a su cama escuchó la puerta de su casa queriendo ser abierta.

Sus sentidos se pusieron a la defensiva y fue a asomarse sigilosamente agarrando el paraguas que tenían en un perchero cerca de la entrada. 

La perilla se movía con desespero hasta que por fin giró y justo antes de que Jimin soltara el primer golpe, su mamá se agachó evitando el golpe. — ¡JIMINIE! — gritó irritada.

Los ojos de Park se agrandaron y soltó enseguida el paraguas yendo hacia Grace. — M-Mamá, ¿no habías llegado aún? — preguntó confundido.

— Me escapé en la madrugada — sonrió.

— ¿Cómo por qué? — cuestionó el menor.

La señora Park soltó un suspiro acompañado de una sonrisa enorme, caminó hacia el sofá con Jimin pisándole los talones, se quitó su lindo saco y lo botó en los cojines. — Deberías ir preparando una maleta — Grace extendió sus brazos recargándose en el sillón y fijando su vista en su hijo rubio — escucha — prosiguió luego de notar que Jimin no articulaba alguna respuesta — conseguí un hombre y este es... joven, bueno y esta que se muere de millones Jiminie, así que no necesitas llevar mucho, él nos renovará nuestros atuendos, irás a una Universidad destacada, incluso te puedo mandar de intercambio — sonrió satisfecha — ¿qué te parece? — preguntó.

Pero Jimin solo se dejó caer de bruces en la mesita del centro que adornaba el living.

Estaba harto.

Quería una vida, con una familia, de dos, solo su madre y él.

— Yo no te importo, ¿verdad? — Jimin ladeo su cabeza y levantó una ceja. Su voz era cruda, no transmitía ningún sentimiento.

— Claro que me importas mi hermoso Mochi — Grace trató de acercarse pero Jimin sostuvo sus brazos y la regresó al sofá. — Por eso busco a hombres con dinero, para que nada te falte, vivimos cómodamente y yo también lo disfruto, compréndelo —.

— No, esto no está bien — metió sus dedos entre su cabello y recargó sus codos sobre sus piernas — no vivimos bien, ni siquiera hay una bolsa de sopa o alguna caja de cereal, no tenemos nada mamá — la observó — yo no quiero que sigas prostituyéndote por mi —.

Esa fue la primera vez en la que Grace abofeteó a su hijo. 

— ¡Lo hago porque me gusta! — levantó su mano y volvió a estamparla sobre la mejilla roja de Jimin, mientras que el menor solo apretaba sus párpados evitando soltar lágrimas — ¡No me vuelvas a faltar al respeto!

— ¡Entonces deja de conseguir hombres y trabaja, salgamos adelante juntos! — gritó Park con desesperación — estoy harto, papá se fue, luego vinieron aquellos tres tipos, uno tras otro que solo te utilizaban a su antojo, también estuvo el señor Jeon... y este último el papá de mi compañero de clases, ¿es enserio? — cuestionó dolido — mamá, mantén algo de dignidad — soltó — a mi también me lastima cambiar de hogar, cambiar de rostro, te juro que podría vivir años sin comida en esta casa con tal de que no vuelvas a buscar hombres con dinero —.

La Señora Park tenía sus puños cerrados de coraje, se puso de pie y Jimin esperó la tercera cachetada, pero no llegó, no pasó nada.

— Haz tu maleta, Hyuk viene por nosotros en la tarde — caminó hacia las escaleras con su saco colgando en el hombro.

Entonces Jimin entró en un estado desconocido.

Sus ojos no enfocaban al cien porciento su escenario, su corazón palpitaba con rapidez y sus manos sudaban, se sentía cansado.

— No me iré — soltó con su voz temblorosa, ocasionando que su madre girara con brusquedad — lárgate tu, vete y has tu vida lejos... yo me haré responsable de mi mismo — esas palabras salieron casi automáticamente sin ser razonadas, las dijo en un momento de desesperación. — Eh conseguido trabajo y podré  salir solo de esto — retó.

— ¡Ja! — rio Grace — ¿y dónde piensas vivir Jimin? Te recuerdo que esta casa no es de nosotros una vez que yo salga de aquí — espetó.

— Habrá alguna manera — murmuró pasando de largo hacia a su habitación y tomando cosas al azar para aventarlas a una mochila. Su madre estaba en el marco de la habitación soltando risitas burlonas. 

Las lágrimas de Jimin amenazaban con caer y el nudo el garganta no lo dejaba respirar.

— Te hubiera dejado con tu padre — dijo cuando el peli rubio terminó de aventar sus cosas y dar marcha lejos de aquella casa.

Detenme, detenme,  gritaba el corazón de Jimin sin importarle lo que antes Grace le había dicho, sin embargo, aquella señora tan bella no hizo absolutamente nada, solo lo miró cerrar con brusquedad la puerta.

Ella estaba segura que Jimin volvería y estaba dispuesta a esperarlo en alguna mansión de Busan.





Jimin lloraba desconsoladamente, en alguna parte del camino se había colocado sus auriculares callando sus pensamientos.

No quería ir a la casa de Hoseok, tampoco a la de Taehyung, era demasiado llegar a tales horas a sus hogares, solo para verlo tan lamentable y aunque eran sus mejores amigos, Jimin sabía que había límites.

Así que con su corazón a punto de quebrarse fue al local de su trabajo, entraba a las nueve pero llegó a las seis y media, el sol todavía no se asomaba por ningún lado, se colocó su capucha para sentarse en un escalón, recargó su cuerpo pidiendo un poco de piedad luego de todas las sensaciones que albergaron dentro.

Cerró sus ojos y dejó que la canción terminara por desplomar su corazón.

En la vida solo una persona le había hecho sentir protegido de cualquier mal, y se odió porque ahora esa persona no era tolerable y ni siquiera era una opción para ir a buscarlo. No supo como poco a poco su respiración retomó su ritmo, sus lágrimas se secaron cayendo sobre sus mejillas y sus manos se aferraron al morral lleno de sus pertenencias.

Fue una o dos horas en las que quedó completamente dormido.

Cómo un bebé luego de llorar haciendo tremendo drama y luego dormir plácidamente, una manera de tranquilizar tu alma efectivamente.

La batería de su móvil quedó vacía, dejando que el trote de alguien sonara cerca del peli rubio.

— ¿J-Jimin? — esa voz aterciopelada lo hizo arrugar su ceño — Jimin, despierta...

Park comenzó a obedecer y tallando sus párpados abrió los ojos, desenfocando esa mirada tan familiar.

— ¿Jungkook? — preguntó aún pasando sus manos sobre su rostro.

Fuera del cuerpo y de la mente
Besa los demonios fuera de mis sueños y todo estará bien.

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Hola, les dejo con la intriga de quién llegó JAJAJAJAJA Las amo.

𝗙𝗼𝗹𝗹𝗼𝘄 𝘆𝗼𝘂 º 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora