Jungkook miraba el techo, sus brazos cruzados detrás de su cabeza y su cuerpo aún sin salir de las sábanas.
No quería ir al Instituto.
Y menos caminar a un lado de Jimin.
Leyó un texto de su padre donde le indicaba que esperara al peli rubio en la salida puesto que él aún no tenía llaves de la casa, también le pedía de favor que no armaran alboroto mientras trabajaba.
Aventó su teléfono por algún lugar de su habitación y aprovechando de ser tan temprano, comenzó a arreglarse. Tomó su toalla y salió de ahí deteniendo su paso justo frente a la puerta de Jimin.
¿Qué habría pasado para que ahora estuvieran viviendo en el mismo sitio?
Apoyó ligeramente las yemas de sus dedos donde estaban las iniciales de Park, Jungkook mordió su labio, pensando en cómo actuar de ahora en adelante con el peli rubio. Si debía procurarlo o tan solo ignorar su presencia, aunque para ser sinceros, la segunda opción le resultaría bastante difícil.
No tenía exactamente las palabras para describir todo lo que sentía por Jimin.
A veces lo odiaba por ser hijo de la persona que lastimó a su padre, pero por otro lado todo de ese pequeño le atraía, la forma en la que caminaba, la forma en la que hablaba, la forma en la que fruncía su ceño al molestarse.
Lo inteligente que era... sus manos, su cabello, su cuerpo tan frágil.
— ¡Eish! — soltó borrando todo aquello de su imaginación y fue directamente a la ducha.
Mientras cantaba y se enjabonaba una sonrisa juguetona se formó en su rostro.
¿Qué había de malo hacerle una bromita antes de ir al Instituto?
Jimin esperó su turno y después de estar a salvo en su habitación, se metió en aquellos pantalones azul marino, colocó crema con aroma sobre su torso y brazos para después abotonar su camisa blanca.
Jungkook hacía lo mismo del otro lado de la pared.
El peli rubio cerró los ojos sintiendo aquel sonido familiar tan ruidoso que Jungkook solía tener en su cuarto.
Colocó sus zapatos y luego su saco con su corbata, peinó su cabello hacia atrás observando con detenimiento si no se veía mal.
Miró a su conejo y soltó una risa irónica. — Doy pena, ¿cierto? — le preguntó al animal peludo.
— De hecho, das miedo — la voz de Jungkook hizo que guiara su vista al marco de su puerta — mueve el culo, nos vamos ya — dicho esto bajo a zancadas.
Park dejó comida a su mascota y fue detrás de Jeon. No era como si esperara un trato mejor.
Ninguno de los dos se preocupó por desayunar, Jimin tomó su mochila vacía.
Creía tener algunos libros en su casillero, realmente lo esperaba.
Lo que no esperaba era que al salir de la casa un chorro de agua cayera directamente sobre todo su cuerpo, estaba tan fría que se evaporó rápidamente con el sol de la mañana. Jimin boqueo sorprendido, pasando sus dedos sobre sus párpados para poder comprobar al culpable de ese acto.
Cuando pudo enfocarlo, Jungkook sonrió mostrando su dentadura y entonces Jimin soltó un grito que se escuchó a muchas cuadras lejos.
— ¡Te voy a matar! — dijo con el rostro colorado.
— ¡Alcánzame! — rio Jungkook y comenzó a correr al patio trasero.
Jimin tomó tierra que ahora era lodo del jardín y correteó a Jungkook dando vueltas por toda la estructura del hogar. Entrando y saliendo mientras el castaño seguía riendo y Jimin le seguía aún más decidido que antes.
El pasillo de la casa de los Jeon estaba batido de lodo, la manguera se mantuvo entre abierta haciendo charcos en el patio de adelante y Jimin tenía su uniforme jodidamente sucio y el de Jeon ahora estaba casi igual.
— ¡JEON JUNGKOOK! — Jimin frenó su intento de batalla y se dejó caer sobre los escalones de la entrada — te odio — murmuró.
Porque de repente todo había dejado de ser gracioso. Jimin no tenía más ropa, su uniforme y lo que estaba ahora en lavandería era todo.
Llevo sus manos sobre su frente y se recargó en sus rodillas.
— ¿Jimin? — se acercó el castaño.
— Vete al diablo — dijo viéndolo directamente con sus ojos llorosos.
— Oy-
— ¡Deja de ser un jodido niño! — gritó de nuevo y comenzó a caminar por la avenida.
Jungkook entonces sintió pánico y luego de cerrar rápidamente fue detrás de él.
— Oye, Jimin — dio pasos más grandes para tomar el brazo del peli rubio, pero este se jaloneo y siguió su andar — Jimin, escucha — insistió Jungkook, ni siquiera supo por qué estaba tratando de hablar con él.
— Déjame, hoy mismo salgo de tu casa — espetó yendo en dirección a donde Taehyung. Quería llorar con desespero.
— ¿Q-Qué? — el castaño corrió y se paró frente a Jimin, queriendo aventarse del edificio más alto por ver lo que había ocasionado en Jimin.
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Mañana les subiré la segunda parte de esto JAJAJAJAJAJA
Las amooo ❅
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𝗙𝗼𝗹𝗹𝗼𝘄 𝘆𝗼𝘂 º 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻
FanfictionDicen que del odio al amor, solo hay un paso... Esa era la mentira más grande que Jimin y Jungkook habían escuchado antes. Donde Park Jimin y Jeon Jungkook solo respiran para hacerle la vida imposible al contrario. › Comedia › Romance › Drama MINI...