14.

5.7K 684 84
                                    

— ¿P-Por qué estás llorando? — preguntó el castaño cuando por fin pudo colocarse frente a Park.

El más bajo le miró con reproche mientras que sus ojos cristalinos no dejaban de derramar una lágrima tras otra.

— No estoy llorando — dijo pasando su brazo fuertemente por sus mejillas, dejándolas rojas. — Muévete — ordenó.

Jungkook negó con la cabeza. — ¿A dónde irás? No puedes llegar al Instituto con eso — dijo observando su saco lleno de tierra y sus mechones rubios húmedos y sus manos sucias al igual que sus pantalones y zapatos.

— No te importa — espetó.

— S-Si me importa Jimin — confesó sin salida.

— Ajá — giró los ojos y se hizo a un lado para seguir su camino pero Jungkook volvió a sujetarlo. — ¡Suéltame joder!

— ¡No Jimin, no te suelto! — lo tomó por los hombros — ¡Te he hecho peores bromas y nunca te pusiste cómo hoy! ¿cómo no me va a importar? — sus ojos conectaron con los iris cafés de Park. 

El peli rubio no dijo nada, solo se quedó ahí, observando a Jungkook con desaprobación, ese castaño siempre le hacía perder la cabeza. Quizá Jeon tenía un poco de razón, había bromas peores, como aquella vez donde le cortó un mechón de cabello, o esa pintura en su trasero, la que tardó tiempo para que se quitara de ahí.

No sabía cuando todo se le estaba yendo de las manos, él podía soportarlo todo, ¿verdad? Entonces, ¿por qué ahora cada pequeña cosa le hacía llorar?

— Háblame Jimin — intentó Jungkook. Ambos chicos parados a mitad de la calle hechos un desastre.

— No tengo más ropa, ¿feliz? No traigo nada más conmigo — confesó con una voz retadora, se sentía humillado — me he separado de mi madre y ahora no tengo nada — soltó una risa irónica — cómo si alguna vez hubiera tenido algo — suspiró.

El castaño lamió su labio inferior. — Vamos a cambiarnos —.

Dicho esto, tomó la mano de Jimin y luego comenzaron a regresar tratando de ignorar los nervios que dentro carcomían a cada uno. 

Jimin solo se dejó llevar por aquella nube gris que se formó en sus pensamientos, Jungkook iba frente a él, parecía arrepentido, caminando con precisión y sin emitir otra palabra, miró un poco sus manos entrelazadas, su mano era pequeña a comparación de la de Jeon, que le cubría casi por completo.

No entendía por qué se desvivían peleando cuando había más opciones, tal vez intentar ser amigos, o conocidos amables... algo menos doloroso qué día tras día hacerse la vida imposible.

Cuando estuvieron de vuelta contemplaron sus fechorías, definitivamente Kwan los mataría si llegaba en ese instante.

— ¿Crees que deberíamos faltar por hoy? — preguntó Jungkook aún sin soltar a Jimin. 

— Y-Yo... — el peli rubio amagó con zafarse, pero Jungkook dio un ligero apretón y luego lleno de vergüenza se rindió y liberó su pequeña mano. — Siento que saldremos mal este periodo por tus constantes estupideces — gruñó y comenzó a cerrar la llave de la manguera que aún goteaba.

Jungkook se encogió de hombros y fue directo a limpiar el pasillo de la entrada. 

Las siguientes horas solo se dedicaron a limpiar cada parte donde habían dejado sucio, también a tapar los hoyos que formó el exceso de agua y remediar las pequeñas plantas que habían pisado mientras corrían. 

𝗙𝗼𝗹𝗹𝗼𝘄 𝘆𝗼𝘂 º 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora