Explicaciones

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Todos en esa sala tenían sus miradas pegadas al chico rubio y a su compañera castaña.

Todos no podían creerse que el tipo al que tenían enfrente suya era nada más y nada menos que el chico de aquel relato absurdo y loco que contó aquella traidora del imperio cuando aún trabajaba ahí.

Pensaban que solo era un cuento, que Akame se volvió loca, incluso la metieron en un psiquiatra por unas semanas debido a eso.

Y sin embargo, ahí estaba el rubio, parado enfrente de ellos como si fuera lo de todos los días, declarando abiertamente haber conocido a la peli negra, confirmando de forma automática que todo lo que dijo era verdad.

-Así que era verdad lo que decía Akame- decía asombrado el hombre cuyo rostro era tapado por una máscara.

-¿Que? ¿Sorprendidos de que alguien tan asombroso como yo exista? Bueno, entendible- dijo con un tono de grandeza el Uzumaki mientras se apuntaba el pecho mientras cerraba los ojos cerrados

-Yo diría que están incrédulos de que alguien tan absurdo como tú exista- dijo con una sonrisa maliciosa en los labios la única menor de ahí, arruinando por completo la escena del Uzumaki, aunque sus palabras rápidamente fueron tapadas por la mano del rubio mitad demonio quien solo abrió un poco un ojo para poder ver algo molesto a la pequeña.

-Una palabra más y te mando de vuelta a la casa de una patada, mocosa- regaño molesto el cazador de demonios, viendo como la castaña solo lo miraba algo nerviosa, aunque tratando de mantenerse firme.

Run veía extrañado la relación que tenían tanto el Uzumaki como su acompañante, era difícil para ellos el creer que alguien tan fuerte que según su única fuente de información, era incluso más fuerte que Esdeath, actuando como un niño pequeño con una niña que a simple vista se veía claramente que no era su hermana menor, pero aún así actuaba como una.

Aunque algo hizo tic en su cerebro, un pequeño detalle que a simple vista parece sin importancia, pero realmente era algo importante, muy importante.

Abrió su boca para tratar de decir algo, aunque la general se anticipó, mientras se ponía delante del rubio Uzumaki.

-Antes de que se inicie una conversación, me gustaría presentarte a mi equipo, mi querido Naruto- interrumpió la general de pelo azul mientras extendía su mano para señalar a cada miembro de aquella sala- El es Run- decía mientras señalaba al rubio de atuendo blanco y algo afeminado.

-Honestamente tengo tantas preguntas ahora mismo que dudo que tan siquiera pueda saludarte- dijo sin más el rubio del imperio.

-Uy no, ¡el princeso no me va a saludar! Agarrame Lazari que me va a dar algo- dijo con un drama fingido el Uzumaki, cosa que causó tres reacciones diferentes en el lugar.

Por un lado teníamos a los pocos pero existentes personas que elevaron sus labios y dejaron que unas pequeñas risas salieran de sus bocas, las cuales eran Kurome y Lazari, probablemente las únicas que de alguna forma logren encontrarle la gracia a la idiotez del rubio, aunque si te fijabas en la general de enormes pechos, te toparías que ella misma también tenía una sonrisa en el rostro.

Luego estaban los inexpresivos, conformados por tanto el peli azul como el hombre de la máscara, los cuales no sabían como reaccionar ante el comportamiento infantil del Uzumaki.

Y luego estaba Run, quien estaba a nada de empezar una discusión o pelea con el aquel irrespetuoso chico, aunque tuvo que ahorrarse las ganas, ya que teniendo en cuenta los mitos y lo mostrado por aquel Uzumaki de marcas en la mejilla, sería un milagro que tan siquiera llegara a salir en una bolsa para cadáveres, y el hecho de que la mujer más fuerte de ahí parecía solo querer tener a ese rubio de ojos azules solo para ella no ayudaba mucho, por lo que al final tuvo que hacer lo que cada simple civil tenía que hacer en este lugar, agachar la cabeza, y aceptar que alguien en un escalón más alto que el lo pise como se le de la gana.

Un demonio en una revolución (NarutoxDMCxAkamegakill)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora