CAP XXIII: "Eres tan tierna"

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-Porque estoy harta de que tíos como Chuck y Jason se porten fatal con chicas como tú o yo o Polly... ¿Vale?- se excusó mirándonos y se fue.

...

Las tres estábamos en la oficina del director Weatherbee, pero Verónica consiguió que no me castigaran a mi y que tampoco me culparan por nada.

Ya que yo no estaba apuntada allí, no pudieron culparme y salí sin ningún tipo de castigo. Estaba esperando a que mi hermana y Betty saliesen de la oficina cuando llegó mi madre.

-¿Mamá?- la llamé confundida.

-Hablaremos luego, ahora tengo que salvar a tu hermana de una expulsión.- indicó mirándome y entró en el despacho.

Estuvieron hablando por un largo tiempo, cuando salieron B y V me tomaron de las manos y fuimos hacia el pasillo. Todos estaban en este, al parecer habían expulsado a Chuck y a sus amigos.

Chuck venía por el pasillo junto con los demás chicos que también estaban en el libro, Betty, Verónica, Cheryl, unas chicas más y yo estábamos ahí observándolo de brazos cruzados.

Al fin este idiota se había llevado su merecido, no el que yo hubiera querido, pero al menos lo habían expulsado y según tengo entendido también fue gracias a mi madre.

-Gracias Betty, gracias Verónica, gracias Maddie.- agradeció mirándonos con una sonrisa.

-Gracias a ti Ethel por tu testimonio, nos ayudó muchísimo con Weatherbee.- afirmó B mirándola.

-Cheryl también ayudó...- informé rodando los ojos.

-No te preocupes.- habló Cher mirándome con una sonrisa, pero esta sonrisa no era igual a las demás.Era una sonrisa falsa.

-¿Quieres ir al baño?- pregunté en su oído y ella asintió.

-Tú eres la más valiente Ethel Muggs.- habló V mirándola y volví a rodar los ojos.

-Ve tú, ahora voy yo.- indiqué mirándola y ella asintió.

-#JusticiaparaEthel.- habló Cher mientras se iba y solté una risita.

-Tengo que irme.- indiqué mirando a mi hermana y esta asintió.

-¿Quieres que vaya contigo?- preguntó preocupada y negué.

Salí del montón de gente y fui hacia el baño para poder hablar con mi novia, pero no vi a nadie.

-Cher ¿estás aquí?- pregunté mirando a todos lados.

-Último cubículo.- informó y me acerqué allí.

Entré en el cubículo y cerré la puerta con seguro, estaba ahí sentada con las manos en su cara.

-Mi vida...- la llamé suavemente y levantó su cabeza para mirarme.

Tenía la mirada cristalizada, se me partió el alma al verla así. La levanté de ahí e hice que se sentara en mi regazo, quería que supiera que me tenía a mi después de todo.

Puso su cabeza en mi pecho rompiendo en llanto, de vez en cuando le daba pequeños besos en su cabeza mientras acariciaba su espalda y cabello.

-Cerecita... Cálmate mi amor.- pedí dando besos en su cabeza.

Después de estar un rato así, por fin logré tranquilizarla. Tenía los ojitos rojos de tanto llorar y también toda la cara llena de rímel.

-Lo...siento.- se disculpó señalando mi camisa, que estaba empapada y manchada por su rímel.

-No te preocupes mi vida.- hablé con una sonrisa y dejé un pequeño beso en sus labios.

-¿Por qué nunca me tienen en cuenta?- preguntó mirándome y la volví a abrazar.

La capitana de las Vixens. | Cheryl BlossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora