CAP XXXVI: "Estoy cansada"

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Quité toda la ropa que le quedaba a Cheryl y metí un pecho en mi boca. Empecé a jugar con el hasta dejarlo sensible.

-¿No que tú serías la pasiva?- preguntó entre jadeos.

-Sí, pero solo quería jugar un poco.- informé con una sonrisa inocente.

Volví a besarla pero esta vez cogí una de sus manos y la llevé hasta mi feminidad, pero antes de que pudiera hacer nada, cogí dos de sus dedos y los metí directamente dentro de mí. Cheryl estaba en shock, no se esperaba que fuera a hacer eso. Vi que no hacía nada, así que empecé a montar sus dedos. Cuando salió de su trance sacó sus dedos y me cogió en brazos para dejarme con delicadeza en la cama.

-Eres muy traviesa mon amour.- confesó gateando hasta mi cara.

-Tu vas continuer à parler ou tu veux me quitter sans marcher? (¿Vas a seguir hablando o quieres dejarme sin caminar?).- pregunté mirándola.

-Est-ce que tu connais le français? (¿Sabes Francés?).- preguntó confundida.

-Oui madame (sí, señora).- volví a besarla.— Ahora, ¿vas a dejarme en silla de ruedas o tengo que hacerlo sola?- pregunté de nuevo.

De repente metió tres dedos dentro de mí, comenzó a embestirme con gran velocidad. Acercó su rostro a mi cara, pensé que iba a besarme. Pero estaba equivocada, acercó su rostro a mi oído.

-Gime mi nombre.- ordenó en mi oído, negué mordiéndome el labio.

-Hazlo.- ordenó aumentando la velocidad de sus embestidas.

-Cheryl...- gemí en susurro.

-Así me gusta, cariño.- afirmó mordiéndose el labio.

Después de varios minutos así, añadió un cuarto dedo haciéndome temblar. Me sentía en el mismísimo paraíso, un paraíso en el que dependía de Cheryl Blossom.

-Voy...a...llegar.- advertí entre jadeos.

-Todavía no.- ordenó besando mis pechos.

-¿Qué?- cuestioné confundida.

-Te voy a hacer sentir lo que me hiciste a mí.

Dejó de dar atención a mis pechos para bajar hasta mi intimidad, comenzó a besar mi clítoris mientras seguía con sus embestidas. Sentía que iba a morir si no soltaba el orgasmo que llevaba dentro. Cheryl se dio cuenta que no podía más, pero eso le hacía disfrutarlo aún más.

-Hazlo.- ordenó en susurro.

Cuando por fin pude liberarlo, tuve que morder mi labio para no hacer ningún ruido. Cheryl no me dejó ni respirar cuando ya estaba de nuevo lamiendo mi clítoris, y al estar sensible llegué de nuevo muy rápidamente.

-Todavía no hemos terminado.- informó tomándome de las muñecas para levantarme.

Me sentó en su regazo y puso sus manos en mi cintura para poner directamente mi centro en una de sus rodillas. Lentamente empezó a moverme de atrás hacia delante, después aumentó los movimientos de velocidad. Siguió y siguió hasta que volví a llegar.

Se levantó de la cama conmigo encima y nos tumbó a ambas en esta, de nuevo bajó su rostro hasta mi feminidad para comenzar a lamer todo mi orgasmo.

La capitana de las Vixens. | Cheryl BlossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora