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Estaban mirando una peli, eran como las 12 de la noche.

– Fomeee⁓ – Mike tomó el control y la cambió.

– Estaba mirando. – frunció el ceño.

– Na' que hacer. – sonrió burlonamente.

– Joto de porquería. – le arrebató el control. – mi televisor, mi control, mi casa.

– Tu Mikel.

– Mi Mikel... digo, ¿¡Qué?! no. 

Un puchero y unos ojos llorosos del castaño lo hicieron derretirse.

– ¿N-no? – estaba casi que lloraba. Pero obviamente era fingido.

– No hagas eso...

– ¿No...? – se talló un ojo e hizo más grande el puchero. Parecía estremecerse levemente.

– Ya, eres mi Mikel. – se dejó vencer.

– ¡Síii! tu Mikel. – le besó los labios.

– No... agh. – no pudo impedirlo. 

– Ahora no me puedes negar que soy tu novio.

– No lo eres.

– ¡Acabas de decir que soy tu Mikel!

– Claro "mi Mikel", pero nunca dije "mi novio", ¿cierto?

– ... – tenía razón después de todo. – esto no se vale.

– Y como eres mío, harás lo que yo diga. 

– ¡No soy tu esclavo!

– No, pero sí mi Mikel. – sonrió.

– Das asco... – gruñó el menor.

– Siempre lo he sabido. Ahora, Mikel, vuelve al canal de la película que estábamos mirando.

– ... – lo hizo a regañadientes.

– Buen chico. – le dio palmaditas en la cabeza como si fuera un perro.

– Lo perros muerden. – gruñó.

– Perro que ladra no muerde.

– ¡Claro que sí! – le agarró la punta de un dedo con los dientes.

– Mikel malo, suelta a tu dueño.

El mencionado negó con la cabeza y acarició con la lengua el dedo de Trolli.

– No quiero. – le sujetó la mano y lo comenzó a hacer como si lo estuviera lubricando.

– ¿Qué haces? como Raptor diría: sucia.

– Mgh⁓ sabes bien lo que hago.

– No me vas a doblegar con eso. 

– ... ¿Lubricar tu dedo no es suficiente, daddy? ¿estás seguro? porque veo como muerdes tu labio y parece que te mueres de ganas⁓ – le dejó un beso en un costado.

– Mikel, no. Malo.

– ¿No?... ay, creo que sentí algo mojado en mi entrepierna. Y no es pis.

– ... – cerró los ojos y respiró profundo. – ¿Qué hice para merecer esto?

– No saber jotear. – soltó su dedo al fin.

Mike se estiró y le besó el cuello.

– Epa

– ¿Te gustó? – le besó otra vez ahí. 

Se le subió encima.

– Abajo – gruñó.

– Nop – le lamió el cuello. Le dejó un chupetón. – que piel más suave para ser seme.

– Mike⁓ – el mencionado le daba besos mitad chupones. Pero Trolli se molestó. Lo tomó de las mejillas y le levantó la cabeza. – ¡abajo!

El menor se tiró a un costado de la cama. 

Siguieron viendo la película, pero Mike se notaba un poco consternado. El azabache notó gracias a la luz de la televisión un brillo inusual en sus ojos. Parece que se le habían humedecido.

– Mi Mikel, tranquilo. ¿Estás bien?

– ¿Qué? sí, ¿Por qué piensas lo contrario?

– ¿El prota acaba de golpear a su amigo? – hablaba de la peli.

– Eeh... sí.

– Le acaba de abrazar.

– ...

– No le estás prestando atención.

– Creí decir que no quería verla.

– Bueno, cambia. – le pasó el control. – pero no estés así. No me gusta.

– Oki – sonrió. Por lo menos se preocupaba por él. Se desplazó para quedar más cerca del mayor y se apoyó en el pecho de éste para seguir mirando. Ya no iba a cambiar.

Toda película sería interesante si la pasaba así. Joto, pero imposible de enamorar no.

¡Cómo Jotear, con Mikecrack! | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora