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Chris despertó en algún punto de la madrugada a causa del dolor de su espalda por el lugar incómodo en el que se encontraba durmiendo, sintió la respiración cálida de Harper a quien al parecer había agarrado como almohada, aún sintiendo el alcohol en su sangre se puso de pie tomando en brazos a la mujer para llevarla a su cama; la depositó con cuidado riendo bajito al ver que la chica gruñia y se estiraba a su antojo hasta acomodarse dejándole un espacio para dormir junto a ella, se sentía tan mareado que le había dado flojera irse a su habitación.

Suspiró al sentirse extraño por estar con una mujer, sentía algo de paz al estar con ella, aunque fuera una completa desconocida.

Harper era una chica interesante, lo poco que llevaba de conocerla le intrigaba de manera increíble, aunque sabía que era un dolor de cabeza.

Harper sintió la luz del sol molestar en sus ojos, por inercia se estiró soltando un gruñido de flojera, sintió el colchón suave bajo su espalda, aquello la hizo abrir los ojos de golpe.

Estaba en la cama del cuarto de huéspedes y Chris dormía a su lado, confundida se incorporó observando que el actor dormía tranquilamente, poco a poco se preguntaba cómo es que habían llegado ahí; acomodó el suéter que la vestía al darse cuenta que se encontraba arriba de sus muslos, el reloj de la mesita de noche indicaba que aún era muy temprano pero también le hizo reflexionar que quizá sería hora de irse al lugar donde vivía.

— Siempre termino dejándote solo — Harper sonrió al ver al actor abrazar una almohada con mimo, acarició su cabello despeinado para después ponerse de pie para vestirse e irse.

Melancólica recordó como Chris se había aferrado a sus brazos, como le rogaba que no lo dejara solo, le daba lástima saber que aquel hombre guapo y exitoso sufría.

Después de vestirse salió de la casa observando que aún había rezagos de la lluvia pero por suerte el sol comenzaba a apropiarse de la ciudad.

Media hora mas tarde; Harper llegó al apartamento que había rentado a buen precio, para su suerte estaba amueblado por lo cual le facilitaba sus cosas, encendió la laptop para después darse una ducha, se sirvió una taza de café y se dispuso a revisar los correos que Meghan tenia toda la mañana enviandole.

Frustrada se dedicó a leer atenta diversos contratos que el actor tenía en puerta, se maravillaba al ver las ridículas cantidades de dinero que recibiría a cambio de su trabajo; resolvió algunas inquietudes para finalizar enviando la agenda del mes siguiente la cual pasaria por la autorización de Chris, aunque eso dependía de Meghan.

Se disponía a preparar el almuerzo cuando su celular sonó de imprevisto.

— ¿Diga?

— Que sea la última vez que te vas de mi casa sin avisar, me he vuelto loco buscándote.

Harper alzó una ceja al escuchar la voz de Chris, ¿Reclamándole?

— Primero que nada se dice Buenos días, en segunda no quise despertarte.

Chris suspiró con pesadez al escucharla mientras jugaba con su taza de café.

— A la otra me avisas que planeas hacer, no te mandas sola, además no conoces la ciudad y su gente, es peligroso.

— Eres tan odioso, no soy de tu propiedad, además se cuidarme sola — Harper rodó los ojos — Sr. Evans seguiré trabajando, adios.

Harper le colgó riendo de nervios pero era justo lo que necesitaba hacer; él no la mandaba.

Los siguientes días fueron mas tranquilos, Harper se adaptaba a su trabajo con facilidad, además de que poco a poco conocía la personalidad de Chris quien con su equipo de trabajo era juguetón y amable, todo era armonia y paz en aquellos días, aunque Harper podía ver un semblante triste en él aunque aparentara que no.

𝘓𝘰𝘷𝘦𝘭𝘺 𝘔𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora