Sam desde que era pequeño creció a lado de su mejor amigo Luke, ambos formaron un lazo de amistad irremplazable pero al mismo tiempo con sentimientos encontrados, lo único que los hacia distintos era que Sam era Omega y Luke, un Alfa.
A sus 20 años...
Unos días después decidí ver a mis padres como solía hacerlo los fines de semana cuando tenía tiempo libre de la escuela, después de todo ya estaba mejor y con más libertad.
— ¿Hijo como te va en la escuela? — pregunto mi padre mientras que ambos poníamos la mesa para comer
— Bien papá fíjate que andamos en un proyecto para información empresarial bastante interesante — yo traía cargando un vaso con agua y de la nada sentí que perdí el equilibrio derramando un poco
— ¿Qué pasa hijo? — mi padre me miro extrañado
Salió mi mamá asustada de la cocina al escuchar como me agarre de lo primero que vi — ¿Te encuentras bien?
— Si bueno — deje el vaso en la mesa y me tomé la cabeza — Solo me mareé un poco
— ¿Has estado comiendo bien? — pregunto mi mamá preocupada
— Si, solo hace unos días fui con Liz al hospital por qué tuve unas náuseas terribles
El simple echo de haber contado aquello había puesto molesta a mi madre — ¿Por qué no nos habías comentado de esto Samuel?
— Bueno, solo fue eso, no ha pasado nada desde entonces además ya vivo sólo
— ¿Y que te dijo el Doctor? — mi padre un poco más tranquilo decidió preguntarme
— Qué si estaba inflamado y que no comiera tanto de nuevo, así mismo me recetó medicamento
De nuevo hablo mi madre mientras seguía trayendo cosas a la mesa mientras mi papá empezaba a limpiar el piso con una servilleta por el agua que había derramado— ¿No has ido denuevo a verlo?
— Lo que pasa es que... — de repente sentí como si me volviera a marear pero al mismo tiempo muy debilitado
— ¿Que...? — mi padre repitió de nuevo la última palabra que dije esperando lo siguiente
— El doctor que me atendió fue Nathiel — dije mientras aún cerraba mis ojos un poco para saber si era la vista la que me fallaba
— ¿¡Nathiel!? — mi mamá hablo sorprendida — Cuánto tiempo de no escuchar su nombre, ¿Cómo está?
Cuando estaba con Nath fue en preparatoria, justo en mi último semestre lo conocí por pura coincidencia cuando intentaba comprar cosas para una práctica de biología en una farmacia.
Dure con el unos 6 meses, yo solo tenía 18 y el 23, a pesar de la diferencia de edad mis padres se llevaron muy bien con el desde que lo conocieron
— Bueno, supongo que bien, ahora se ve que terminó su carrera y la ejerce bien — recordaba el como lo había visto bien vestido con aquella bata blanca y sus placas de doctor en el consultorio
— Te apuesto a que a de haber cambiado mucho, era un buen chico — dijo mi padre
A pesar de la plática no dejaba de sentirme mal — Si supongo que si
— ¿Sam estás bien? — comencé a escuchar las voces de mis padres a lo lejos — ¿Sam? — Mientras sentía como se me oscurecía la vista y perdía todo sentido — ¿¡Hijo!?
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