Sam desde que era pequeño creció a lado de su mejor amigo Luke, ambos formaron un lazo de amistad irremplazable pero al mismo tiempo con sentimientos encontrados, lo único que los hacia distintos era que Sam era Omega y Luke, un Alfa.
A sus 20 años...
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Inglaterra Luke
Las cortinas ondeaban suavemente por la brisa mañanera mientras dentro de la habitación, Luke estaba profundamente dormido, sumido en un sueño inquietante.
Un sueño donde todo era borroso y distorsionado al principio. Pero gradualmente, las imágenes comenzaron a tomar forma.
— No pienso dejar que te escapes — escucho su propia voz mientras veía un rostro familiar, unos ojos oscuros llenos de emociones que no podía describir mientras aquella persona era tomada por su muñeca
El sueño se movía en fragmentos, como recuerdos que se desvanecían y se volvían a formar.
— Soy todo tuyo — escucho la voz de aquel niño con el que creció mientras se distorsionaba a la de un joven y terminaba en la de un adulto, un adulto quién en su sueño tenía un fino y delicado cuerpo
— Mnghh...Luke
— Ahí... Ah...
— Luke...
Veía entre sombras borrosas el roce de 2 cuerpos en una danza íntima acompañada de gemidos, las sensaciones y emociones de aquella noche en su sueño, se sentían como si estuviera reviviendo algo, como si el fuera el que estuviera haciendo eso
Rápidamente algunas escenas comenzaban a tomar sentido apareciendo el mismo en ellas — Quiero un hijo que sea como tú — escuchó decirle a aquel joven de cuerpo espléndido hasta que está imagen se volvió borrosa e hizo un enfoque hacia su rostro
— Por favor dime qué esto es real...
Vio a Sam sonrojado, con lágrimas cayendo por sus mejillas y de repente, el sueño dio un giro donde el se encontraba en aquel baño del aeropuerto frente a su mejor amigo pero había algo diferente en él, un aura de poder y dominio que no encajaba con la imagen que tenía de él.
— Luke...— murmuró Sam, su voz resonando en el aire como un eco. — Eres un idiota, hacías todo por mi y aún asi al final fuiste el único que nunca pudo acostarse conmigo.
Luke sintió un escalofrío recorriendo su espalda. Miró a Sam, su expresión mezclada con confusión y una extraña atracción. Sin embargo, antes de que pudiera responder, el mundo a su alrededor comenzó a distorsionarse y de repente, Luke despertó de golpe.
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