El amor no conoce de límites

CAPÍTULO 11

Narra Magnus:

Desde un principio, supe que conocer a mi suegra sería toda una proeza pues en boca de mi propio Alexander sabía que su madre era un caso pero nunca imaginé que fuera tan dé repente, ni de ese modo...

Menos que lo haría semidesnudo y después de haber pasado la noche con mi chico.

Pero de alguna manera creo que no pude haber estado en mejor momento con él.

Maryse Lightwood es una de las mayores abogadas del estado, su trabajo era conocido por el largo y ancho del país por haber representado a actores, políticos, militares entre otros tipos de famosos y nunca haber perdido un caso.

Ella y Alexander eran físicamente como dos gotas de agua, incluso tenían las mismas expresiones en el rostro pero emocionalmente eran completamente diferentes.

Mientras mi ojos azules era tranquilo, reservado y sensible; Maryse era una mujer tosca, rígida y presuntuosa.

Por todo lo que acababa de oír supuse que sus padres habían impuesto una rígida ley de conducta que Alexander debió seguir al pie de la letra para mantenerlos felices. Esta experiencia tenía verdaderamente tenso a mi pobre Alexander, lo note durante el desayuno pues cualquier intento de conversación era respondido con gestos o expresiones cortantes, perdido en sus pensamientos.

Ahora mismo, no paraba de frotar con fuerza una sartén, que hace bastante tiempo había quedado completamente limpia, hasta el punto en que sus manos ya estaban arrugadas por tanta agua y jabón.

-Creo que limpiar una sartén hasta romperla, no soluciona el problema, cariño- le sonreí burlonamente desde la puerta de la cocina.

-Jodete- apretó sus labios con molestia.

-Cuando quieras, Lindo- guiñe un ojo en su dirección, imperturbable.

Una sonrisa acompaño el ligero rubor de sus mejillas antes de dejar el mega limpió implemento de cocina en su lugar  y avanzar a mi lado pidiendo mi atención en sus labios.

-Tal vez algún día- murmuro sobre mis labios antes de volver a reclamarlos- ahora no estoy muy seguro, me gustaría... ir despacio.

-Esta bien...- ronronee- esto también es muy divertido- devoré su boca.

Me sentía vivo, mis entrañas ardían mientras nos besamos. Había besado a otras personas antes y nunca me había sentido de esta forma. Sus labios suaves pero apasionados me daba vueltas a la cabeza, era como si su boca quisiera devorarme y yo deseaba ser devorado.

Definitivamente adoraba todo el apartamento de Alexander pero ese largo y suave sofa se había vuelto mi objeto favorito, pues solo basto un movimiento rápido para que la silla de Alec  quedase frente a mi para volver a besarnos frenéticamente de manera cómoda.

Mis labios pasaron a atacar su cuello sacándole jadeos de placer mientras sus manos alborotaban y tiraban suavemente de mi cabello, las cosas se estaban calentando de manera rápida, y así abrían sido de no ser por qué el sonido estridente del celular de Alexander nos detuvo.

-Maldición- se quejo entre dientes con enojo- ¿Dónde está esa maldita cosa?.

La maldita cosa en cuestión, reposaba desde ayer en la noche sobre la mesa de centro.

-¿Quien, demonios, molesta ahora?- estiró su brazo para tomar su celular, pero el enojo se le fue de golpe al ver quién llamaba- Es mi hermana, Isabelle. Olvide que le prometí llamarla en la mañana, va a matarme.

-Calma, mi amor- lo tranquilice mimando su cabello- solo contesta.

El asintió antes de contestar y llevar el teléfono al oído.

-¿Hola?... Hola, Izz, ¿Como estas?... Todo bien, bueno, en general...¿Eh?...No, no, todo está bien ahora...Sí, si fuí a mi cita ayer...-se ruborizó.

Uhhhh esto se pone interesante, decidí poner un poco más de atención a la conversación.

-... Sí, fuimos a cenar en el restaurante de la mamá de Clary...No, el trajo su camioneta... ¡Claro que no acepte salir con él por eso!...No te burles...-Se quejo-... Sí, me divertí bastante...-me sonrió algo avergonzado-...¿Que si voy a volver a verlo? Am...- me miró algo incómodo.

Mordí mi labio evitando la carcajada que moría por salir, si ella supiera...

-...eh pues sí, claro que sí, ayer fue muy agradable...- su rostro avergonzado era hermoso- ...¿Una video llamada? ¿Ahora?...- me miró con pánico, me encogí de hombros-  ...am ok, dame 5 minutos y hablamos...ok, vale, también te quiero...adiós.

Con un movimiento veloz, quedó sentado junto a mí abriendo un cajón en la mesa de al costado, sacando una camiseta azul oscura y arrojándola a mi rostro.

-¿Y esto?- cuestioné enarcando una ceja.

- No vas a conocer a mi hermana con el pecho al aire- aseguró mientras se arreglaba su propia ropa y cabello.

-¿Y por qué no?- le chinche pasando la prenda por mi cabeza.

-Mis hermanos menores tienden a ser un poco...indiscretos y no quiero que haga comentarios- aseguro de manera ajetreada- Creo que Jace es el mejor ejemplo de ello.

Eso era cierto, el rubio teñido tenía un gran talento para soltar comentarios indebidos y aparecer en los peores momentos.

-¿Debo prepararme mentalmente para algo nuevo o qué?- bromeé tratando de aligerar el ambiente pero eso solo sirvió para que se pusiera aún más tenso y sus manos dejarán de moverse.

-¿Que estoy haciendo?- preguntó más para si mismo que para los dos- Lo siento, Magnus- tomo mi mano viéndome arrepentido- No tienes que conocer a Isabelle ahora sí no te sientes cómodo, lo entiendo, se que tal vez el encuentro con mi madre fue algo...-

Sellé su boca con la mía iniciando un beso, se resistió por unos segundos antes de corresponder, relajándose considerablemente.

-Mi amor...-acaricie su rostro- todo está bien, querido, no me molesta en absoluto conocer a tu familia. ¿Sabes por qué? Por qué son importantes para ti y el hecho de que te entusiasme tanto que los conozca ,solo me demuestra que también soy importante para ti.

- ¿Por qué eres tan comprensivo conmigo?- suspiro posando su frente en mi barbilla.

-Por que te quiero, mi cielo- le guiñe subiendole un poco los colores- ahora prepárate por qué ese ruido indica que Isabelle está llamando.

Salto en su asiento al darse cuenta que era verdad, el celular tiritaba sobre la mesa con una llamada entrante.

Dejó un beso en mis labios antes de tomar mi mano y contestar lentamente la llamada.

Hola chicos.

Uno cortito por que se los debía, lamento mucho haber abandonado tanto el wattpad pero la universidad es primero. 

Un saludo a todos.