CAPÍTULO 4

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ALEC

Eran casi las 9 de la mañana, y Èl no había venido, supuse que era una señal del destino; precisamente el día en que decido decirle que si a su propuesta el no vendrá. Suspire con decepción, puede que fuera por lastima pero yo si quería a mi extravagante policía.

-Disculpa, guapa. ¿Puedes darme un capuchino bien cargado?.

Solté una risa al reconocer la voz de mi medio hermano menor mientras giraba mi silla para encararlo.

-Enseguida, Rubía. ¿Lo quieres con crema?.

Jace compartió mi carcajada revolviendo mi ya de por sí despeinado cabello. Use la fuerza de mis brazos para levantarme de la silla. Mis piernas no funcionaban como debían pero yo me encargaba de que fueran lo suficientemente fuertes para sostenerme de pie, con apoyo claro está; compartí un abrazo con él.

Mis hermanos eran una de las pocas personas que no me miraban como un ser extraño que necesita extremo cuidado o se romperá. 

De repente se ecucho un fuerte carraspeó que lastimosamente reconozco muy bien.

MAGNUS.

Hoy empezaba el plan de Tessa, llegue un tanto tarde a nuestro encuentro diario, con la firme intención de verme lo más sexy posible para mi chico guapo. Estrenando uno de mis trajes brillantes favoritos, esos que suelo usar fuera del trabajo, algo más que mi aburrido uniforme.

Una vez en la puerta del café, entre sin pensar como cada mañana y la escena que vi no me dejó nada contento. 

Un rubio teñido tenía a MI Alexander fuertemente abrazado por la cintura y ambos se reían. ¿Como se atrevía ese teñido a hacer reír a MI ojitos azules? Y más importante ¿cómo se atrevía a tocarlo?.

No mentiré, sentí celos. Así que acabe con aquello aclarándome la garganta fuertemente.

-¿Interrumpo?- Gruñí descontento.

Mi precioso de ojos azules perdió el equilibrio, de lo rápido que se separó del teñido, y resbalo hasta quedar sentado devuelta en su silla de ruedas. Él rubio se inclino para ayudarlo pero en un segundo estuve a su lado revisando que no se hubiese lastimado.

-Lo siento, precioso, no pretendía que te lastimaras.

Sus ojitos azules se abrieron con sorpresa mientras sus altos y atractivos pómulos se tornaban de un adorable color rosa; no pude evitar rozar su mejilla con mis dedos, de verdad me gustaba este chico.

-Creí que no vendrías hoy- Susurró tímidamente.

-No sabía que me extrañabas tanto, Tesoro- Le coqueteé.

Sus pómulos se tornaron aún más rosas aunque no se veía para nada incomodo, me di por satisfecho con ello.

-Jace, él es...

-Soy Magnus Bane- me presenté un tanto arrogante- ¿y tú eres?.

-Jace Herondale- se presentó el teñido.

Nos retamos con la mirada, él sabía que yo le tenía aprensión y al parecer el también a mi pero no le iba a permitir que me lo quitara, sobre mí cadaver.

-¿Lo de siempre, Magnus?- preguntó mi ángel.

-Hoy no, cariño- le sonreí- hoy tuve un día libre y vine a desayunar aquí, encanto.

Claramente no le diría que soborne a Luke con ayudarle a encontrar el regalo perfecto de aniversario para Jocelyn si me daba el día libre para llevar acabó el plan de Tessa. Si quería seducir a mi precioso ángel , no podía hacerlo si debía salir corriendo para llegar a trabajar.

El amor no conoce de límitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora