01

656 70 2
                                    

Sus pasos resonaban por las desoladas y frías calles, de sus audífonos se escuchaba la fuerte melodía que sonaba en su reproductor y él estaba metido en su mundo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus pasos resonaban por las desoladas y frías calles, de sus audífonos se escuchaba la fuerte melodía que sonaba en su reproductor y él estaba metido en su mundo. Su cabeza se movía al ritmo de la música, golpeaba sus manos dentro de los bolsillos de su sudadera contra su cuerpo.

La noche era el único testigo de lo que el chico de 17 años pensaba, hacía o decía en su soledad, todas la lágrimas derramadas que no cesaban, todos los gritos que rompieron su garganta, todos los golpes dados y recibidos, todas la puntas de lápiz partidas al hacer tanta fuerza, todos los vendajes, parches y curitas alrededor de su cuerpo, todas las partes caídas de su cuerpo...

La noche y la luna presenciaban como ese chico moría lenta y dolorosamente.

Tadashi estaba en la casa de su amigo Tanaka Koichi, había pasado la tarde y parte de la noche allí, hablando, comiendo, jugando videojuegos, etc. Haciendo cosas ridículas y absurdas entre ellos, también jotearon un par de veces.

¿Como se conocieron? Fácil, Tadashi iba pasando por un parque cuando de la nada ese chico le tomó de la mano y le dijo "amor" sólo porque unas chicas querían tener sexo y él no estaba con ganas ese día. A partir de ahí cada que podía Tanaka se le acercaba y hablaba con él, ya que Tadashi acostumbraba a frecuentar ese parque.

El Kizumi había intentado de todo para que Koichi se alejara de él, no lo quería, no quería amigos, pero la insistencia y perseverancia del peli-azul terminó por cansarlo y agobiarlo, dejando que fuera su amigo.

Él no quería, había hecho de todo para alejarse de Eijirou pero este al igual que Koichi no quiso y se quedó ahí, por más que trataba de ignorarlos, de pasarles de largo, de no verlos más, ellos seguían ahí, parecía que se hubieran atado al suelo con el fin de no separarse, no quería hacerles daño, sabía que si se volvía su amigo, le tomarían cariño y al momento de su muerte los lastimaría, dejando una herida en ellos, algo que no quería, ya tenía suficiente con su madre y con los nuevos individuos que se habían integrado a la familia.

—Estoy en casa— Anunció al abrir la puerta, se quitó los zapatos y ahí lo vio. El hombre de apariencia de vagabundo, cabello azabache y largo, se paró frente a él y sabía que le estaba reclamando con la mirada.

—¿Donde estabas?— Preguntó con la voz ronca, pues no había dormido por esperarlo.

—Estaba en...— Fue abruptamente interrumpido por el cuerpo de su madre.

—¡Dashi!— Satori se lanzó a sus brazos y él como pudo la atrapó a tiempo —Oh, estaba tan preocupada, no sabía donde estabas y eso me espantó— La peli-negra realmente estaba asustada, desde el accidente sentía que era su culpa que la vida de su hijo se estuviera acabando, todas la noches tenía pesadillas de como lo perdía, realmente anhelaba que Tadashi tuviera un larga y buena vida, pero eso era en vano, el menor ya había aceptado su destino y había perdido todo rastro de esperanza hacía ya mucho tiempo.

ᴅʀᴇᴀᴍ ━━Bakugou KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora