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—¿Qué crees que haya hecho?— Preguntó Kirishima mientras caminaban a la comisaría.
—Pelea callejera, es eso, Koichi no hace más que eso— Tadashi estaba contando el dinero que tenía, si era suficiente Koichi saldría, sino tendría que pasar la condena de según las leyes, dos noches en prisión —¿Cuando se lo dirás?
Kirishima se puso nervioso —¿Q-Qué? ¿Decirle qué? ¿D-De que hablas, T-Tadashi? Estas loco— Atropelló sus palabras, el pelinegro bajo un poco sus lentes y lo miró con una ceja alzada, Eijirou suspiró —No planeaba decírselo, ¿Que pasa si no me corresponde? No quisiera arruinar nada.
Tadashi se mordió el labio, era estresante tener que estar en medio de eso, Koichi le había confesado que Kirishima le gustaba hacia un par de semanas y que ahora Kirishima le diga que Koichi le gusta pero ambos piensen que no son correspondidos era demasiado estrés, tener que ver como ambos fingen que nada pasa le duele incluso a él.
—Y... ¿Qué pasa si, sí te corresponde? ¿Perderás esa oportunidad?
Kirishima iba a responder pero Tadashi se detuvo —¿Pasa algo?
—Alguien nos sigue desde hace dos cuadras— Habló mirando unos arbustos, debajo de su capucha sus orejas estaban moviéndose, sentía unas pisadas que no eran suyas ni de las demás personas. Kirishima y él se acercaron a los arbustos dejando ver a todo el grupo de Kirishima, la peli-rosa, el rubio del rayo, el chico de las cintas y el cenizo.
Kirishima se sorprendió y empezó a preguntarle a sus amigos que hacían ahí, pero Tadashi no se quedo quieto ya que esas no eran las únicas pisadas. Unos arbustos mas atrás estaban mas amigos de Eijirou, el peli-verde, el bicolor, la castaña, el chico de lentes, la chica rana, la chica de la coleta y la peli-violeta.
Tadashi abrió los brazos en forma de reproche —¡¿Ah?! ¿Midoriya, que hacen aquí?— Preguntó Eijirou cuando ya ambos grupos estaban fuera de los arbustos.
—¡Es que todos queríamos seguir conociendo a Kizumi-kun, pero ustedes se fueron, además dejaron en duda a todo el salón y queríamos saber que relación tienes con Aizawa-sensei y Eri-chan!— Gritó Mina mientras apuntaba al felino y todos asentían.
—¿Y les pareció mas factible seguirnos y espiarnos en vez de preguntar si podían venir con nosotros?— Preguntó sarcástico Tadashi.
—¿Nos habrían dejado venir con ustedes?— Devolvió la pregunta Bakugou.
El felino se quedó callado un tiempo y después habló —Buen punto niño bonito— Apunto a Bakugou quien solo chasqueo la lengua apartando la mirada con un pequeño sonrojo.
—Bien hagamos algo— Tadashi los miró a todos y sonrió, se acercó a una banca con todos detrás, cuando todos estaban alrededor de ella puso el dinero que tenía en el centro —Requisitos para seguir con nosotros... Deben colaborar con...— Hizo una pausa dramática y levantó su puño al aire —La vaca.
