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Ahh~
Sábado al medio día, las personas saliendo a dar un paseo, a comer en familia, pareja o salida de amigos, a jugar al parque o distintas cosas.
Un clima nublado y frío, pero sin excederse, un día perfecto para Kizumi Tadashi, quien estaba en el sillón de su sala, envuelto en varias sábanas, con papas, galletas y refrescos a su alrededor, mientras veía varias películas y series.
Escuchó pasos bajar por las escaleras, Satori venía con Eri en brazos, con Aizawa tras ellas, el felino ni siquiera se molestó en moverse a cambiar la escena en el televisor, aún cuando se mostraba como le cortaban la cabeza a alguien.
-Es como la décima vez que miras la serie, ¿No te cansas?- Dijo Aizawa mientras se sentaba junto a Tadashi -Siempre lloras con las mismas escenas aunque ya sabes que pasará.
-¡Jamás lo haré!- La bola de mantas, digo Tadashi se lanzó al mayor y empezó a llorar en su pecho, Aizawa solo le dio palmaditas en la espalda.
-Superalo- Suspiró mientras acariciaba su cabeza.
-¿Podemos cambiar el ambiente deprimente y sangriento, por favor?- Dijo Satori mientras le cubría los ojos a Eri, quien trataba de mirar el televisor -Hay niños presentes.
-Si...- Aizawa tomó el control remoto del televisor y lo apagó, Tadashi gruñó aún con su rostro hundido en el pecho del mayor -No me gruñas pequeño gato de alcantarilla.
-Bien que soy tu juguete anti-estres- Lo miró con sus ojos entrecerrados, Shota le devolvió la mirada, pero no podía decir nada.
Era cierto que de vez en cuando le gustaba sacar a relucir las características felinas de Tadashi al jugar, como por ejemplo.
Hacer que se golpeé el rostro con la pared por perseguir un punto rojo.
-Sabes que te humillas más tú, que yo al decir eso- Respondió con suficiencia.
-Buen punto, anciano- Habló resignado volvió a esconder su rostro en su pecho.
Satori miraba a ambos extrañada, ¿Pasaba algo cuando ella no estaba? ¿Tadashi seguía jugando como un cachorro teniendo 17 años? Es decir, no le sorprendería para nada, pero... ¿Shota seguía jugando teniendo 30 años y con su personalidad? Eso sí la tomó desprevenida.
Sacudió la cabeza, dejando eso para después.
-¿Quieren hacer algo hoy?- Preguntó ganando la atención de ambos varones.
