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-¡Estamos en casa!

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-¡Estamos en casa!.- Satori gritó una vez entró por la puerta seguida de Aizawa, con quién se había encontrado llegando a su hogar.

Se quitaron los zapatos y Satori se despojó de su suéter, caminó hasta la cocina y dejó las compras que había hecho cuando salió del hospital.

-¡¿Tadashi?!.- llamó a su primogénito pero no obtuvo respuesta. -¿Seguirá dormido?.

-Tal vez... O no a dormido en toda la noche.- Shota dijo algo obvio cuando sintió la pequeña vibración en el suelo de la sala de estar, lo que indicaba que cierto minino seguía en el laboratorio.

-No puede ser...

Ambos abrieron las puertas debajo de las escaleras y fueron recibidos por el (para Satori), ruidoso sonar de la música y también algunas herramientas.

Satori tuvo que cubrir sus sensibles orejas, que no sabe realmente como su hijo puede escuchar musica tan fuerte con el oído tan sensible y desarrollado.

-Quedará sordo el estúpido.- masculló molesta.

Shota la miró con una ceja alzada, ya que para él la música estaba en un volumen normal, si Tadashi estuviera en su habitación con la música en ese nivel ni siquiera se escucharía en la habitación de Aizawa y Satori, que es la más alejada de la del menor.

Aunque luego pensó en el oído subdesarrollado de la fémina y el cachorro y entendió.

Ambos bajaron las escaleras, encontrando el completo desorden que Tadashi tenía.

Latas vacías de Monster y Red Bulls esparcidas por el suelo, herramientas tiradas, hojas de papel arrugadas, cristales rotos y demás cosas.

Tadashi estaba sentado como indio en la mesa, mientras usaba un taladro con su mano izquierda para abrir un agujero en lo que parecía ser una especie de guante que tenía en la mano derecha.

Tadashi era diestro y estaba apoyando la mano con el guante en sus piernas, un paso en falso y se taladraba los huevos.

-¡Detente!.- Aizawa dijo acercándose pero el felino que no le escuchó.

Satori presionó unos botones en los paneles de las paredes y cortó la energía, desactivando todo el laboratorio.

-¡¿Qué mierda?!.- Tadashi gritó sacudiendo el taladro, luego movió su cabeza hacia todos lados cuando se percató de que todo el laboratorio quedó muerto.

-¡Kizumi Tadashi!.- gritó completamente enfadada.

Solo provocando que el felino se cayera de la mesa por el susto de sus gritos y que el hombre junto a ella se preocupara por el ojidorado.

-Okey... ¿Necesidad de gritar de esa forma?.- Tadashi se levantó mirándola raro.

El enojo de Satori disminuyó un poco cuando vio el rostro de su hijo, sus ojeras pronuncias sumándole el estado anterior de su rostro, causándole algo de preocupación.

ᴅʀᴇᴀᴍ ━━Bakugou KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora