⭒♫La Mayor⭒

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✧♪✧

La melodía no era la mejor, ambos seguían desacompasados, pero que recuperaran el tiempo después de una mala racha era el mejor avance que se había logrado en tres días.

—No entiendo porqué insistes en tocar esta cosa —dijo Eren.

—Es elegante —respondió Levi.

—Es complicada.

—Tú eres complicado y lo complicas todo, no culpes a la pieza.

— ¿Qué crees que estaba pensado Saint-Saëns mientras la escribía? —preguntó Eren bajando el arco del violín hasta el piso.

—En la muerte —Levi respondió como si fuera algo obvio, agitaba los dedos tratando de quitar el poco dolor que sentía—. Está inspirado en un poema de Cazalis, tiene algo que ver con la danza de la muerte y esqueletos bailando alrededor de una tumba.

—Que... tétrico.

—Era 1870, todo era tétrico en ese tiempo.

—Tú eres tétrico y no estamos en el 70.

De repente Levi ya estaba a un costado suyo, quitándole el violín de las manos y depositándolo en su estuche.

— ¿Ya no practicaremos más? —preguntó Eren—. Aun es temprano.

—Quiero hacer otra cosa contigo.

El azabache lo sentó de golpe sobre sus piernas en el banco del piano, la espalda de Levi casi chocaba con las teclas, mientras que las manos del castaño se dedicaban a jugar con sus cabellos cortos y con ese corte de cabello tan extraño.

—Estamos en el salón de música —dijo Eren, sintiendo como los labios de Levi comenzaban a rebuscar su cuello. Una vez que comenzaran, muy difícilmente se detendrían. Eren soltó un ligero gemido por una mordida en su cuello—. ¿Y si Zackly llega?

—Está demasiado ocupado dando asesorías.

—Pero... —Las manos del azabache tocaron el peligroso punto de sus caderas donde hacía vibrar su columna vertebral y poner su carne de gallina. Eren se alejo de golpe.

Su relación sexo afectiva era mejor de lo que el castaño había experimentado nunca. Levi era demasiado bueno en todo lo que hacía, un solo beso le hacía flaquear las rodillas. Había momentos en los que solo era necesario que el Ackerman ocupara sus manos para hacerle correrse y explotar en notas musicales.

Lo hacía temer, porque mientras Levi lo besara, Eren quedaba a su disposición y ya no solo en la cuestión corporal, había otra cosa que el Jeager creía muerta desde hacía años, y que ahora despertaba sentimientos que menguaban en su pecho cada que miraba a su acompañante. Una vibración cálida que recorría su sangre y su pecho.

Tenía miedo de dejarse al descubierto por Levi.

—Quiero practicar un poco más.

—Llevamos practicando casi dos horas. Necesitamos un descanso. —Levi volvió a tirar de él.

—Entonces háblame sobre ti —insistió y recordó lo ocurrido en el bar hace una semana—. La primera vez, dijiste que me conocías antes de ser mi acompañante, ¿Cuándo fue eso?

Levi se dio la vuelta dirección al piano, volvía a tocar el Canon in D.

—Volvamos a tocar.

—Ahora sí que eres tétrico —dijo Eren tomando el pomo de la puerta—. Iré por algo de comer. Tú sigue, ahora vuelvo.

—Como quieras.

Musicalmente CorrectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora