Capítulo 1

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Es horrible la sensación que te inunda cuando te das cuenta de que no tienes nada, no tienes con quien y mucho menos a donde ir... pero el sentimiento que te abarca cuando todo parece arreglarse es lo mejor del universo, sin duda alguna. Te hace apreciar las cosas o pocas cosas que tienes de una sobremanera. 

—Vámonos, hermoso— Sus labios capturaron los míos con una dulzura increíble, el simple roce de sus suaves labios me subía a las nubes. Se alejó de mis labios para luego depositar un tierno beso en mi frente. 

Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos y mi pulso una vez más se aceleró. 

—Espera. —dije limpiando mis lágrimas que aún permanecían en mis mejillas. Regresé y tomé mi mochila que momentos antes había dejado caer al piso. 

Volví rápidamente con Emilio y lo abracé como si hace años que no nos veíamos. Una vez más tomó mi mano entrelazando nuestros dedos. 

Llegamos a casa de Emilio , él se bajó y tomó mis maletas. 

—¿Me dejaras quedarme? —pregunté con una enorme sonrisa, me miró y bajó las maletas para caminar hacia mí. Los nervios me carcomían, me sentía tan estúpido. 

—Yo no te dejaré solo— acarició mi mejilla —Más bien...—sonrió. —No te dejaremos solo — con su pulgar desapareció la lagrima que se había escapado.

—Te amo, Emilio. —me até a su cuerpo y escondí mi rostro en su pecho. 

—Te amo, Joaquín. — susurró en mi oído. 

Dejó mis maletas en el living y en solo dos segundos ya lo tenía abrazado a mí. 

—¿Jazzy y Brandom? —le pregunté rodeando su cuello con mis brazos. Bajó la mirada. 

—Me detestan —solté una carcajada. 

—Eso es imposible —pasé mi mano por su cabello. 

—No, no lo es. Jazzy está sentida conmigo y Brandom la apoya— ocultó su rostro en mi cuello donde comenzó a dar pequeños besos.

—¿Y por qué esta sentida— algo me decía que yo era el responsable.

—Le grité. —sacó su rostro y una vez más miro hacia abajo —Pero seguro se pondrán muy felices cuando te vean— sonreí y besé fugazmente sus labios.

—Ven— le dije tirándolo del brazo para caminar hacia la sala.

—No…. —dijo pero ya había entrado y visto la mesa central hecha trisas. Me giré hacia él con los ojos como platos.

—Si me ponía a recogerlo, no hubiera llegado al aeropuerto—subió los hombros.

—Eres un tonto— lo golpee —Te pudiste haber lastimado —él rio aunque yo no le encontraba la gracia. La sala estaba llena de vidrios.

—Hay que levantarlo, los niños se pueden lastimar. —le dije soltándome de su abrazo.

—Hey, hey —me tomo de la cintura —Tenemos que limpiar más aparte de eso —señaló el cadáver de la mesa —Pero solo tenemos tres horas para nosotros solos y las quiero aprovechar— señoras y señores… Morí.

— ¿Qué no es lo único que rompiste? —pregunté sorprendido tratando de controlar mis hormonas ante sus sensuales palabras.

—Digamos que tal vez será necesario que me mude contigo— por mi encantado. 

—Emilio Osorio—dije negando con la cabeza —¿Qué hiciste? —sonrió tímido, ya me imaginaba lo que había pasado con su habitación.

—Joaco —suspiró acariciando mi brazo de arriba abajo —No me vuelvas a lastimar así— una horrible punzada en mi pecho y estómago.

Me, myself and him Donde viven las historias. Descúbrelo ahora