Epílogo

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3 años después

Gotas de sudor caían de mi frente, ¡Llevaba toda la mañana haciéndolo! Simplemente no podía más. Bajé de las escaleras y tomé la tina con el líquido color morado para volver a subir las escaleras. 

Introduje en el balde la punta de la brocha haciendo que absorbiera el color para después pintar la pared. 

—    ¡Emilio! ¡Emilio! ¡Corre!— los gritos de Joaquín, Brandom y Jazzy me asustaron haciéndome soltar la cubeta, esta golpeó en la escalera haciendo que toda la pintura callera sobre mí. De un salto bajé de la escalera y sin importarme dejar todo un rastro de pintura salí corriendo hasta mi habitación que era de donde provenían los gritos. 

—    ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ¡Háblenme!— grité ahora yo desesperado ya que solo me miraban, los tres comenzaron a reír. 

—    ¡Emilio! Se supone que la pintura va en la pared, no en tus pantalones— los tres carcajearon aún más — ¡Ven!— habló Joaquín entre risas. —escucha. — Me acerqué a mi cama que era donde todos estaban sentados. 

Joaquín le hizo una seña a Jazzy a lo que ella asintió emocionada.

—¡Zoe!—Llamó  y luego pronunció en forma lenta — "Pa-pá" 

—Pa-pá— La bebé repitió las palabras de Jazzy. 

Un sentimiento inexplicable se desarrolló en mi al escuchar la primera palabra de mi hija. 

—Su primera palabra — dije emocionado, Joaquín tenía en sus piernas a Zoe, ella extendió su brazitos pidiendo que la cargue repitiendo la misma palabra entre balbuceos. 

Ya habían pasado cuatro meses desde que nos aceptaron como padres adoptivos de Zoe. Joaquín me propuso esta idea hace aproximadamente un año, a lo cual no me negué. Y hoy puedo presumir que fue la mejor decisión que tomé. 

—Se alegra de verte—Dijo mientras acercaba a Zoe hacia mí para que pudiera cargarla. 

—    ¿De verdad?— Estiré mis brazos despacio, aún tenía miedo de lastimarla si la cargaba de la manera equivocada. 

—    ¡Sí!— dijo con una enorme sonrisa, Jazzy y Brandom rieron. Seguro mi cara era de un estúpido de primera. 

—H-Hola bebé...— dije tomándola en brazos con algo de nervios y ella me regaló otro "papá"de sus labios. 

—Zoe— me corrigió Joaquín.—Llamala por su nombre. —Me dijo riendo. 

—Tu papá Joaquín asegura que amaras el morado— seguí hablandole —Cosa que si no es cierto, él tendrá que re pintar tu habitación. 

—Creo que de todas formas tendré que re pintarlo ya que tu padre prefirió ponerlo en sus pantalones— 'Tu padre' desde que Joaquín me dijo que Zoe ya era legalmente nuestra hija, simplemente no lo creía. 

—Él dice que odia el Morado pero nosotros creemos que es mentira— Susurró Jazzy. 

—    ¡Hey!— le reclamé riendo —Realmente no me gusta, yo creo que deberíamos pintarlo mejor de azul o verde. 

—Celeste o amarillo— dijo Brandom eligiendo otros colores. 

—Hey, basta— dijo Joaquín frunciendo el ceño —Zoe amará el morado tanto como su papá Joaquín y su tía ¿cierto? 

—    ¡Cierto!— contestó alegremente Jazzy. 

—Además ya habrá tiempo de pintar uno rosa, uno azul, uno verde y otros cuantos morados. — Realmente este hombre me mataría haciéndome pintar habitaciones —Pero ahora porque no mejor cambiamos de tema y vamos por un helado de vainilla con chocolate. 

—    ¡Sí!— se le unieron Jazzy y Brandom. 

—    Ahora no podemos— con la simple mirada me dijo ¿por qué? —Tengo que terminar de pintar la habitación y mira como estoy. 

—    ¿De verdad nos dejaras a los cuatro con las ganas? 

—Tratas de manipularme a costa de Zoe. 

—    ¿Emilio nos dejaras con las ganas? —él preguntó levantando la ceja, no me convenía en lo absoluto no cumplirle sus caprichos. 

—Vamos ya— me giré con Zoe en brazos para dejarla en su cuna. 

Jazzy y Brandom salieron corriendo hacia sus habitaciones para cambiarse. 

Me saqué la playera para cambiarme. Estaba frente al armario cuando sentí las manos de Joaquín en mi abdomen. Me giré para poder verlo de frente y más que nada para poder tener mejor acceso a sus labios. 

—No tienes idea de que tan feliz me haces— uní nuestras frentes. 

—    ¿Aunque te haga pintar paredes?— él preguntó riendo. 

—Aunque me hagas pintar paredes— afirmé —Pero una cosa si te digo— me separé un poco de él.—Ningún chico se le acerca a mi Zoe hasta que ella cumpla los 26— los ojos de Joaquín se abrieron como platos. 

—    ¡Estás loco!— dijo riendo. 

—No— le sonreí —Tendrá las mismas reglas que Jazzy acerca de los novios. 

—Bueno ya... una apenas tiene nueve años y la otra recién está por cumplir un año. Ya habrá tiempo para discutir sobre eso... ahora queremos helado.


Me, myself and him Donde viven las historias. Descúbrelo ahora