Apenas amaneció al día siguiente, Chan fue al río una vez más.
Yongbok lo miraba escondido entre los árboles, esta vez asegurándose de no ser visto. De vez en cuando escuchaba como el otro gritaba su nombre, y por supuesto, no respondía cuando esto pasaba.
Si bien, los humanos ya sabían de su existencia al haberlo visto un par de veces a lo largo de los años, Yongbok debía permanecer oculto, era lo más seguro y lo mejor para todos. Así que por ello, estaba ahí, quería asegurarse de que aquel humano que lo había descubierto siguiera viéndolo como un simple "mito", necesitaba ver que aquel chico se resignara a que sin importar cuantas veces lo buscara no volvería a encontrarlo.
Pero Chan era persistente, Yongbok no esperaba que el chico se quedara todo el día, se mordió los labios al ver que la puesta de sol estaba cerca y que el humano no tenía intenciones de irse.
Una mano tocó su hombro haciendo que se sobresaltara y casi perdiera el equilibrio. Por suerte Yongbok no cayo del árbol, pero si sacudió algunas ramas en el proceso. Chan se dio cuenta de ello mientras que Yongbok solo fulminaba con la mirada al causante de su reciente susto. Jeongin solo encogió los hombros haciendo un gesto de disculpa.
—Yongbok, eres tú, ¿cierto?—ambos chicos que estaban en el árbol se alertaron con la voz de Chan.
—Debemos irnos—dijo Jeongin en un volumen tan bajo que casi parecía que solo movía sus labios. Jeongin se alejó con la misma agilidad con la que había llegado, Yongbok estaba a punto de hacer lo mismo, pero volvió a escuchar su nombre.
—Yongbok...—susurró Chan esperando aunque sea una señal por parte del nombrado. Al no recibir respuesta, Chan finalmente se rindió y se levantó de su lugar dispuesto a regresar a casa.
A Yongbok le dolió verlo decaído, pero así era como debían de ser las cosas. Las estrellas ya comenzaban a aparecer y el cielo se oscurecía rápidamente, ambos chicos debían de irse aunque por alguna razón no quisieran hacerlo.
Chan comenzó a caminar con la mirada baja, no había imaginado a Yongbok, o eso quería creer, porque sonaba algo demasiado disparatado si se ponía a pensarlo con detalle. Pero era real, el agua que le golpeado la cara ayer no era falsa, Yongbok lo había salpicado con ella.
Tal vez Yongbok solo no quería aparecer otra vez. Estaba tan sumido en sus pensamientos que ni siquiera se fijo por donde iba.
Tropezó, y cuando trato de sujetarse de algo para evitar su caída, en lugar de tocar el follaje como debió de haber sido, su mano dio contra algo húmedo y frío. Chan frunció el ceño cuando se dio cuenta de ello, acaso era...¿Hielo?¿En pleno verano? Se acercó a la zona donde había surgido el hielo tratando de ver un poco mejor lo sucedió, dándose cuenta del error que hubiera cometido de haber apoyado su mano ahí.
Chan volvió a escuchar a las ramas moverse detrás de él, y a diferencia del resto de la tarde, esta vez alcanzó a ver una sombra moviéndose. Sonrió para sí mismo, Yongbok había estado ahí.
✿✿✿
—¡¿PERO PORQUE HICISTE ESO?!—Minho le regañó cuando Yongbok le dijo lo que había hecho.
El chico de pecas se sobresaltó un poco cuando por un segundo las llamas de la fogata se avivaron de repente. Cuando el fuego regreso a su tamaño normal, Yongbok seguía viendo nervioso a los dos chicos frente a él. Jeongin tenía los ojos abiertos como platos mientras que Minho se pasaba las manos por la cara con frustración.
—Iba a caer sobre las ortigas, no podía dejar que se lastimara—se justificó.
—Si podías, ni que fuera tan grave tocar una ortiga, yo pongo la ropa de Jeongin en las ortigas todo el tiempo—dijo Minho cruzándose de brazos.
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Yongbok [Chanlix] || [EDITANDO]
FanfictionCuentan las leyendas, que se trata de un espíritu cuya voz trae la felicidad. Es capaz de sanar cualquier herida, cumplir cualquier sueño, atrae y crea cualquier tipo de bien. Dicen que si escuchas su voz tendrás suerte hasta la llegada del siguie...