-Te lo juro, por lo más sagrado, por el recuerdo de Frigga, la inolvidable madre que tanto nos amó... Yo no sabía nada...
Sus palabras parecían sinceras, su voz temblaba un poco, haciendo evidente que no era dueño total de sus emociones, que su corazón también se estremecía, lleno de incertidumbre... del temor de perderlo, porque escapar de las presiones del trono y buscar su calor, su comprensión, su consuelo, eran lo único que daba sentido a su existencia... Nada era sin su cariño, los días se tornaban grises y monótonos desde su coronación, y encontrarlo a él, recuperalo y lograr que renaceciera su invencible amor, cambiaron absolutamente su vida. Thor se convirtió en un Rey más sabio, más tolerante, su diplomacia creció y aunque conservaba su proverbial fuego guerrero, los conflictos eran lo último a lo que podía recurrir, lo que le ganó el cariño y lealtad de su pueblo. Nadie imaginaba que aquel espíritu majestuoso era secretamente guiado por el que lo amaba desde las sombras. Loki lo aconsejaba y lo hacía entrar en razón, era no solo su consejero, sino el manantial inagotable de su paz.
Bajo sus besos, entre sus brazos, encontraba el luminoso camino que colmaba de alegría y amor sus días, y sus palabras eran determinantes en las decisiones de su soberanía.
Pero ahora, Loki no podía dejar de pensar en lo que estaba pasando... rehusó que su amante lo tocara, retiró su mano de las manos grandes y cálidas que intentaban retenerlo, bajó su magnífica mirada de esmeralda a un punto perdido en la alfombra y le dió la espalda...
Dos días atrás, caminaba tranquilo por el mercado local, era el día en que llegaban las frutas y flores más frescas desde Vanaheim y Alfheim, y como el Sanador le indicó caminar, tomar aire fresco y comidas naturales, los días de mercado se convirtieron en sus favoritos. Las personas del barrio ya estaban acostumbradas a su presencia elegante, a su sonrisa tierna y a su semblante radiante.
Habló claramente en la reunión comunal, les dijo que no tenía intenciones de dañar a nadie, que su vida era otra y solo deseaba vivir tranquilo, fuera de la influencia y asuntos de la familia real, a la que ya no pertenecía. Fue poco a poco aceptado.
Pero esa mañana, el creciente rumor que llegó a sus oídos, lo llevó a visitar una de las más alejadas casas, casi en el bosque. Entró sin que ninguno de los presentes lo detuviera, como si estuviesen esperándolo... el aire triste lo preocupó todavía más...
-"Jarnsaxa esperó hasta su último suspiro que el Rey volviera, que la rescatara de su soledad, pero ingrato, jamás reivindicó su pobre amor... es el destino que eligió, en las sombras, amando y esperando... a aquel que la olvidó. "
Jarnsaxa, todavía hermosa en su lecho de muerte, con el corazón roto y el cuerpo enfermo "ella dejó de luchar, se negó a seguir viviendo y su alma abandonó su cuerpo"
-"¿Por qué debo yo enterarme de esta desgracia? Si verdaderamente el Rey Thor la dejó de buscar, de querer y procurar... es asunto de ellos dos..."
-"Solo queremos que se cumpla su última voluntad- murmuró una anciana aya, única compañía de la giganta- Mi tiempo en este plano es corto, y me dolería que el mayor tesoro de Jarnsaxa quedara en el desamparo..."
Loki palideció cuando a su presencia llegó un pequeño niño, de unos cuatro años, hermoso y rubio, solar, una viva copia de su padre... se llevó inconscientemente las manos a su vientre y sintió deseos de llorar.
-"Está bien... yo los llevaré a las puertas del castillo, pero sólo eso puedo hacer."
Thor comprendió lo lastimado que Loki se sentía, el dolor que nuevamente hacía sangrar su corazón. Nuevamente traicionado, nuevamente decepcionado...
