-¿Ahora soy yo el culpable? ¿Me estás culpando de lo que sucede con nuestros hijos?
Thor estaba furioso, apenas estuvo al alcance del Guardián Heimdall, usó el Bifröst y llegó personalmente a la hostería, por supuesto, no encontró rastro de Modi o de Daven. Salió como una tormenta buscando por las orillas del bosque, enfocó toda su frustración y ansiedad hacia Loki, reprochándole que, si no fuera por lo permisivo que era con Daven, no se hubiese puesto en tanto riesgo con su hermano.
-Si Daven supiera obedecer, esto no hubiera sucedido. Además, cortaste la comunicación antes que yo hablara con él.
-Mi hijo no es tu súbdito, tal vez eres el Rey de Asgard, pero aquí no estamos en tu reino, no se somete a tu voluntad por ser inferior a ti, Daven te ama y te respeta porque así ha sido criado. Te exijo que rectifiques, porque no aceptaré que lo culpes, no es el único en esta relación, las acciones fueron de los dos y ambos están conscientes de sus acciones. Además, mientras tú y tu hijo discutían como Trolls de roca, yo confío en mi hijo.
-¿Y cómo, complaciendo una relación con su hermano?
-No complazco nada, pero no es asunto nuestro... ellos lo comenzaron, ellos lo terminarán.
-¡Claro que es asunto nuestro y nosotros lo terminaremos! Modi es el futuro Rey de Asgard, el futuro Padre de Todo... ¿Es que no comprenden su majestuoso futuro?
Loki se quedó pasmado con las palabras del otro, palideció un instante y enseguida, su rostro se encendió con rabia... estaba perdiendo la paciencia con aquel rubio tonto.
-Me parece que estás insinuando que Daven tiene menos valor que Modi, y no te lo voy a permitir... cuidado con lo que dejas salir de tu boca, Thor. Porque Daven Lokison es el heredero de un mundo guerrero y valeroso, y su corazón se prepara, igual que su mente y cuerpo, para ser un gran Rey... Y yo defenderé su integridad porque me ha demostrado que es un buen hijo. ¡Yo creo en él!
-¡Pues ninguno de los dos ha mostrado buen juicio! Asgard y Jötunheim pueden vivir una gran era futura, o enfrentarse en una guerra cruel, y todo depende de las decisiones de dos mozos inmaduros, arrogantes e impulsivos... ¡Dímelo entonces, dime dónde están!
Ese era el problema, Daven había aprendido tan bien a esconder su huella, que ni Heimdall, ni Loki, ni el alto trono de plata de Asgard, podían localizarlo. Y eso desesperaba a los padres. Era urgente encontrarlos, era urgente obligarlos a ser razonables y darse cuenta que su relación era imposible... eran hermanos, por todo lo eterno... y ellos se debían a sus pueblos, al respeto que debían también a sus padres...
-Thor... no...- declaró Loki de pronto, dejando su conjuro de búsqueda.
-¿No, qué? Vamos, busca... pueden cometer un error del cual se arrepentirán el resto de sus vidas...
-Precisamente... ¿No te das cuenta? Ellos son nosotros... de un modo extraño, hermanos que se aman de una manera tan diferente... que están luchando por aclarar sus sentimientos y al mismo tiempo, se defienden de...
-De Odín...- completó Thor, entendiendo que ellos estaban comportándose del mismo modo autoritario y rígido que el noble hijo Bohr- Cielos dorados... parecemos perros rabiosos, acosando a nuestros hijos como nos acosaban a nosotros, prohibiendo, persiguiendo... estamos haciendo todo lo que odiaba que Padre hiciera... Pero, Loki, amor mío...
-Si, lo sé... ellos son hermanos de verdad, llevan tu sangre, son tu carne... pero yo insisto, ellos lo deben resolver... aunque se equivoquen, aunque su decisión nos parta el corazón.
-No puedo... no puedo... Asgard no cambió sus leyes por nosotros, no tuvo piedad contigo y jamás pude llevarte de regreso, hacer público lo nuestro... y ahora ellos... mis hijos, mis amados hijos... enfrentarían un futuro lleno del desprecio de sus Ministros, del pueblo... o vivirán un amor más clandestino y prohibido que el nuestro... no quiero que sufran eso...