❸ 𝔼𝕔𝕝𝕚𝕡𝕤𝕖 𝕥𝕠𝕥𝕒𝕝

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Izuku asomó su cabecita por la rendija de la puerta, no la había abierto completa, se veía adorable asomando la cabeza.—¡Shō!—Llamó feliz, el bicolor sonrió corrió a abrazar a Izuku.—¡Izu! Te extrañé tanto, y-yo lo siento por no darme cuenta, juro que seré un mejor alfa.—Izuku lo miró con seriedad.—No digas eso, tu fuiste un excelente alfa, no pude haber pedido a nadie mejor, ahora, vamos a sentarnos platicaremos un rato y después...—No terminó la frase, tenía que ser una sorpresa.

Se dirigió a la sala, había un enorme ventanal que dejaba ver las montañas y árboles de la zona, había dos sillones individuales y una mesita de café, Shōto se sentó seguido de Izuku, sabía que el peli verde había elegido ese lugar a propósito ya que si alguno de los dos se sentía incómodo o simplemente quería distraerse podía voltearse y observar el área.—Muy bien, tengo muchas cosas que explicarte supongo, todo comenzó la primera vez que me fui, no, no fue tu culpa, hice un trato con Tomura, al principio era por que de verdad ya no podía mas, después me di cuenta de que ellos en realidad no son malos, sino que la sociedad los ve como personas malas por que buscan un cambio.

«Un cambio que la sociedad no es capaz de dar, no me volví a juntar con ellos después del accidente donde fingí mi muerte hace tres años.—Hizo una pausa observando el rostro serio de su alfa, que desvió la mirada hacia la ventana.—Sé que te dolió mucho, lo siento en serio, pero si no lo hacía tu padre y Momo hubieran vuelto sus ataques contra mi hija en lugar de en contra mío, yo no quería eso para Yuki, ella es demasiado pequeña e inocente, no quería meterla en esto. Por cierto hoy me encontré a tu padre haciendo tratos con un villano mercenario, los colgué del techo, espero lo encontraras a tiempo.—Hizo una pausa, intentando descubrir algo, por minúsculo que sea.—Creé un plan, es arriesgado pero estoy seguro de que funcionará, a fin de cuentas lo hablé con Nighteye antes de que muriera, no te puedo dar todos los detalles aún pero, necesito quedar embarazado, así que Daddy no podrá darte duro hoy.—

Shōto lo miró casi suplicante.—Mm, ¿N-no podemos lle-llegar a un acuerdo?—Pregunta, esperando que el muy bien dotado omega acceda.—¿Qué acuerdo?.—Regresa la pregunta con interés esperando escuchar algo muy interesante.—P-pues yo...T-tal vez t-tu puedes castigarme por no haber querido ser el pasivo.—Un sonrojo se instaló en las mejillas de Shōto.—Oh~ ¿tanto así quieres que Daddy te penetre?—Cuestionó burlón.
Shōto asintió con un sonrojo, haciendo que Izuku suspirara, estaba enamorado de ese bicolor.—Si eso es lo que quieres eso haremos, pero todavía debo aclararte algunas cosas.—Shōto puso cara de desconcierto.—¿Ha-hay mas?—Cuestionó con una mueca, Izuku asintió.—Como viste en mis recuerdos la vez pasada...yo fui violado, pero esta vez no tuve sexo con nadie, ya fuera opcional u obligatoriamente.—Aseguró, mientras le pasaba unos papeles al alfa heterocromático que los observó con atención.
Eran exámenes médicos, recordó que Izuku especificó en un mensaje que llevara los suyos, los sacó de una mochila amarilla que había pertenecido con anterioridad al omega, jugueteó con sus manos, mostrando su nerviosismo, Izuku lo notó pero no dijo nada, ya tendría tiempo después de averiguar la razón, mientras el alfa leía los exámenes médicos del omega, este último enarcaba más la ceja mientras leía el del contrario.
Shō. ¿Tuviste sexo con Momo?.—Preguntó sin alterarse.—No es algo que yo quería; ella...puso algo en mi bebida, yo no sabía que ella.— El peli verde solo sonrió.—Bromeaba Shō, ya lo sé, no tienes que ponerte nervioso.—Susurró.

El bicolor estaba avergonzado, ¿cómo no estarlo?.—Shō, lo siento, no estoy molesto, yo estaba allí, lo vi todo, no sé si recuerdes a una chica de cabello verde que estaba sentada sola en una esquina. Ese, era yo.—Explicó, el bicolor lo miró, sintió asco, al parecer alimentarse de su propia sangre tampoco funcionaba. Intentó levantarse y salir corriendo, pero Izuku se lo impidió.—Lo siento Shō, pero no puedes irte, no ahora que volví a encontrarte.—Gruñó con tristeza.—No lo entiendes, tengo que irme Izuku.—Murmuré, no me dejó ir y me tendió un biberón con algo rojo dentro.—¿Qué es?—Cuestioné.—Mi sangre.—Respondió, me negué a tomarla, no dejaría que Izuku hiciera esto por mí, no podía permitírselo, gruñó antes de iniciar un beso, demasiado dominante, no pude negar el contacto, se alejó dejando su mano en mi barbilla, aprovechando que tenía la boca abierta para meter el pezón de plástico en mi boca, las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos, la sangre tenía un sabor dulce, tragué, intensificando las succiones, sentí como Izuku acariciaba mis cabellos.

T-terminé.—Susurré avergonzado.—No pongas esa carita, se que tu harías lo mismo que yo estoy haciendo. Ahora Shō, para poder llevar a cabo mi plan tengo que quedar embarazado...así que...necesito que lo hagamos, estoy en celo, solo necesito un alfa dominante.—Coqueteó, asentí, sentía la boca seca, se sentó sobre mi regazo y movió las caderas acercándose cada ve más a mi creciente erección, un gemido salió de su boca al topar con la dureza de mi pene, lo besé, respondió de la misma manera, permitió que mi lengua entrara en su boca, una danza era ejecutada por nuestras lenguas, se separó sólo para mostrar el cuello, expresando sumisión, me acerqué al sitio de donde salía el aroma a rol de canela y mordí, sollozó, la marca siempre fue dolorosa, alzó las caderas y le quité la ropa de cintura para abajo, su piel seguía pareciendo cremosa, con esos pequeños puntitos cafés que hacían de decoración.

Llevó sus dedos al cierre de mi pantalón de mezclilla, lo bajó observando con atención mi piel, bajó con desespero mi bóxer, lamiéndose los labios, una vez liberada mi erección la atrapó con sus labios lamiendo toda mi extensión, apoyé mi cabeza en el respaldo de sillón, se sentía placentero, tras unos minutos de lamidas y succiones sentí un cosquilleo en el vientre, solté un gemido y me vine en la boca de Izuku, que tragó todo el líquido blanquecino sin hacer muecas.

—¿Qué se dice Shō?—Cuestionó Izuku, en definitiva era más dominante que yo, gemí cuando apretó de nuevo mi pene que volvía a endurecerse.—Gracias Daddy.—Murmuré, asintió con una sonrisa para después sentarse de nuevo sobre mi regazo.—De nada bebé.—Susurró sobre mis labios, ya sabía de qué iba esto.—Daddy...¿Puedo por favor penetrarlo?.—Pedí.—Oh, claro, solo deja me preparo.—Contestó, tomó mis dedos y los metió en su boca una vez estuvieron lubricados los llevó a su entrada.


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Buenos días, amor.—Saludé, Shōto abría sus ojos bicolores con cansancio, me observaba atentamente, con esa mirada escrutadora característica de Shōto con la que sientes que no puedes esconder nada, sentía que mi voz no salía.—Bu-enos días a-a-am amo-amor.—Tartamudeó, sonreí, amaba cuando tartamudeaba de esa manera.—No te burles hace tiempo que no hablaba contigo y pues...—Lo sabía, estaba nervioso, un rugido rompió el silencio en el que nos encontrábamos sumergidos.—Voy a hacer el desayuno.—Avisó antes de levantarse, tapando su desnudez con un blusa mía que sacó del armario, sonrió ladino mientras salía de la habitación.—¿Así quiere jugar eh?—Suspiré, tocando mi erección, tardé un poco en venirme a fin de cuentas estaba harto de que fuera mi mano.

Me puse un bóxer antes de salir me di habitación, claro fue a propósito, yo sabía lo que esto causaba en mi adorado bicolor, llegué a la cocina tras caminar un poco, Shō hacía los huevos dándome la espalda, me acerqué con sigilo y lo abracé, lo hice a propósito a sabiendas de que mi miembro se frotaría en sus pompas, escuché como soltaba un gemido de sorpresa, me alejé con una sonrisa burlona.

¿Te ayudo?—Pregunté sonriente, asintió con un sonrojo.—Por favor daddy.—Pidió, asentí.—Muy bien pasaré los platos a la mesa.—Avisé, claro no se esperaba que se la regresara tan pronto, iba a decir algo pero se calló, después de pasar los platos, vasos y cubiertos me dediqué a hacer el café, Shō se frotaba contra la silla mientras esperaba sentado, su cara no reflejaba ningún tipo de expresión.—¿Quieres leche Shō-chan?—Cuestioné con una sonrisa, asintió con rapidez mirando la mesa, me levanté para dirigirme al refrigerador, saqué la leche y se la di, me miró confundido, yo solo sonreí.

Ya no aguanto.—Murmuró, fingí no escuchar mientras veía mi teléfono, de reojo vi como el también sacaba el suyo, segundos después recibí un mensaje de Shō, era una foto, la miré, arrepintiéndome en el instante en que cargó, era una foto, sí, pero vaya foto, en ella aparecía el mirando con deseo la cámara mientras intentaba ocultar una erección con un suéter largo.—Vamos a bañarnos Shō.—Ordené.—Sí papi.—Me siguió todo el camino hasta el baño, donde cerré la puerta con llave, esta vez no escaparía, se veía desorientado.—¿Dónde estamos papi?.—Preguntó, ciertamente estábamos en el baño, pero no cualquiera, este estaba iluminado de un color rojo nacarado y tenía múltiples gavetas ocultas.

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【Número de palabras: 1487】

【Publicado y editado: 3/5/2021】

Haber, por lo visto no tengo problemas con publicar más o menos seguido así que se cancela lo de 25 de mes, lo siento mucho y espero lo comprendan, en unos segundos publico la siguiente parte

𝔼𝕣𝕣𝕠𝕣𝕖𝕤 𝕕𝕖𝕝 𝕡𝕒𝕤𝕒𝕕𝕠²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora