Siento aire fresco golpear mi rostro tan pronto me encuentro fuera de aquella cárcel en la que he estado cinco jodidos años. Malditos mis padres y maldito reformatorio ¡Menuda tortura ha significado estar allí tantos años!
Con mi equipaje en mano y al fin libre de aquel infierno, me acerco al borde de la acera para llamar la atención de algún taxista disponible, capaz de llevarme hasta el aeropuerto. Al ser una gran ciudad, tengo la suerte de no esperar demasiado y tan pronto me encuentro dentro le doy al conductor las indicaciones
Déjenme presentarme, mi nombre es Skylar White, tengo 17 años y como ya sabrán los últimos cinco años de mi vida han sido desperdiciados en un reformatorio. Por qué se preguntarán ustedes, pues según mis odiosos padres sufría de problemas de actitud y la única solución decente fue enviarme lejos.
Antes de ser abandonada aquí, era una pequeña criminal. Era astuta y mi amor por las bromas era incomparable. Solía parecerme más a mis hermanos que a mis compañeras y en cuanto a modales se refiere, los míos eran prácticamente inexistentes. La "preocupación" de mis padres, los llevó a tomar la decisión de enviarme tan lejos como fuera geográficamente posible, alejándome así, de mis hermanos y amigos. Si voy a ser sincera, su "preocupación" era más bien cansancio y rechazo hacia mi persona y mi comportamiento solo sirvió como excusa para deshacerse de mí.
Supongo que en su momento, pareció un buen plan para ellos. Yo estaba a kilómetros de distancia, no volvería nunca jamás y ellos podrían vivir felices por siempre. Sin embargo, creo que no contaron con el pequeño detalle de que eventualmente maduraría (al menos un poco) y sería capaz de "cambiar" para poder salir de aquí. Después de todo, ese es el propósito de los reformatorios, ¿cierto? Reformar a niños problema para después liberarlos nuevamente a la sociedad.
Así que, una vez que fui capaz de convencer al rector de que había sido completamente reformada, no necesité nada más que un par de permisos legales para poder ser liberada.
De tanto recordar, el tiempo se pasa volando y me sorprendo al escuchar la voz del conductor avisando que hemos llegado. Sin más, me bajo del taxi, agradeciendo al amable hombre por su servicio y dándole una generosa propina. Al adentrarme en el aeropuerto, me da la bienvenida una calurosa masa de gente me impide llegar a donde tengo que registrarme para entregar mi equipaje.
No es después de un buen rato, que entre saltos y empujones logré realizar todo el registro para poder embarcar mi avión. Sin razón para esperar, soy de las primeras en subir y acomodarme en mi asiento. Diez minutos después, cuando todos los pasajeros se encuentran a bordo y todas las medidas de seguridad han sido explicadas, despegamos.
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Una leve sacudida de hombro me despierta de una siesta en la que no sabía que me encontraba. Con lentitud abro mis ojos y frente a mí veo a una de las encargadas del vuelo que me otorga una cálida sonrisa.
-Buenos días, señorita. Disculpe la molestia pero quería avisarle que hemos aterrizado. Ya puede bajar del avión si lo desea-Me informa. Entre la confusión y el sueño, soy capaz de responder solamente con la cabeza y una pequeña sonrisa de agradecimiento.
Una vez fuera, me dirijo a la zona de reclamo de equipaje y tomo mi bolso de la cinta. Al llegar a la salida, observo a los amigos y familias que se reencuentran en un abrazo. Risas, llantos y gritos de alegría llegan a mis oídos, recordándome de mi soledad. Nadie sabe que he regresado, ni siquiera mis hermanos. Cierro los párpados con fuerza, intentando frenar mis lágrimas y bajando la cabeza para ocultar mi rostro. De repente, un recuerdo particular ocupa mi mente.
*Flashback*
Una yo de doce años se encuentra sentada en grandes rocas a la orilla del mar. Las olas chocan contra dichas rocas y la salpican por completo, pero ella tiene su atención en otro lado. Su mirada se encuentra posada en el horizonte y en un hermoso atardecer que despide al sol de aquel día. Lágrimas corren por sus pequeñas mejillas y sus brazos rodean sus piernas, como si quisiera protegerse de todo lo mando en el mundo. El ruido del mar, la gente y las olas chocando son capaces de ocultar los ocasionales sollozos que escapan de su boca.
-¡Sky! ¡Pequeña! ¡Aquí estas!-Gritan dos niños iguales a ella, la versión joven de mis hermanos gemelos Scott y Dylan. Tan pronto se encuentran cerca, se abalanzan a su lado, intentando consolarla.
-No quiero irme chicos, no quiero estar sola, quiero quedarme con ustedes-Dice la pequeña, mientras intenta abrazarlos a ambos.
-Nosotros queremos lo mismo, Sky. No hay nada en este mundo que deseemos más que mantenerte a nuestro lado para siempre, pero sabes cómo son papá y mamá. Ellos no te dejaran quedarte y no hay nada que nosotros podamos hacer para impedirlo-Responde Scott, mientras sus ojos se llenan de lágrimas. Mi yo pequeña asiente porque sabe que lo que Scott dice es verdad, una vez que ellos han tomado una decisión no hay quien los haga cambiar de opinión.
-Prométanme que no me olvidaran-Dice, aun llorando.
-Nunca podríamos olvidarte. Te amamos-Responden una versión más pequeña de Chase, Michael, Josh y Bryan, nuestros mejores amigos. Ellos también se unen al abrazo, cubriendola por completo con todos sus brazos.
-¡Tengo una idea!-Exclama Michael-¿Qué les parece si tallamos nuestros nombres en estas rocas? Estarán siempre allí y cuando lo necesitemos, podremos volver aquí para recordar nuestra amistad-Propone y todos asienten de acuerdo.
En pocos minutos, los siete nombres se encuentran tallados en una piedra especialmente grande. Los siete niños correspondientes toman un paso atrás para admirar su trabajo terminado y mientras el sol termina de ponerse en el horizonte, disfrutan de un último abrazo.
*Fin del Flashback*
Cuando por fin salgo de mis memorias, me doy cuenta que inconscientemente he comenzado a caminar a aquel lugar de mi recuerdos. Hay algo en mí que desea volver a ver los siete nombres en la piedra, asegurarse que continúan allí.
Al llegar allí, la playa se encuentra repleta de niños, adolescentes y adultos. Puedo ver familias y grupos de amigos disfrutando de un hermoso día soleado y de un mar repleto de olas. Sin pensarlo dos veces, me encamino hacia aquellas rocas tan familiares con un solo objetivo en mente.
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Capítulo Editado.
Espero disfruten del comienzo a lo que será una gran historia! Sky todavía tiene un largo camino por recorrer y espero esten alli para conocerlo!
Las correcciones siempre son bienvenidas y los consejos también! Siempre y cuando sean realizados desde una posición respetuosa y amable. No se olviden de darle click a la estrellita!
Que tengan un buen dia!
Con cariño,
-MWG.

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De Vuelta en Casa
Teen FictionSkylar White, siempre se sale con la suya, es astuta, divertida, muy poco femenina y le encantan las bromas. Ama a sus hermanos y amigos pues son todo lo que tiene y a pesar de tal vez no mostrarlo demasiado, carga el peso de su pasado en sus hombro...