Dos lados misma moneda

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Ya escribí sobre lo malo, creo que ahora podre escribir un poco sobre lo bueno. En mi primer año de secundaria tuve pocos amigos, en total fueron seis. Ellos no sabían nada sobre mi situación, creían que yo era feliz y me alegraba que así fuera.

Durante ese tiempo conocí a la que una vez fue mi mejor amiga, me divertí mucho con ella y pasamos buenos momentos.

Al año siguiente me pareció que mi vida iba mejorando, ya me había acostumbrado a no existir en casa y en la escuela ya no me golpeaban, solo recibía uno que otro insulto, conseguí mejorar mi relación con mis compañeros y tuve más amigos, incluso hasta tuve un novio, sí, mi vida mejoró bastante, pero no puedes estar en la cima por siempre. Seis meses después uno de mis amigos murió, mi mejor amiga se acostó con mi novio (duré con él seis meses de los cuales tres se la pasó engañándome).

Entré en lo que se llama depresión, comencé a preguntarme que había hecho mal, ¿acaso cometí algún error? Aún hoy en día sigo sin tener una respuesta, traté de distraerme pintando, tocando música o incluso dormir pero nada funcionaba así que decidí probar otras cosas

La carta de suicidio de la chica de ojos color solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora