Capítulo Ocho - Un Nuevo Regalo

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Al mes siguiente, nos entregaron a Ángelo. Estábamos tan emocionados que Laia preparó una fiesta de bienvenida a la familia.
Cuando llegamos a la mansión, Dante y yo le enseñamos al niño si habitación.
Ángelo se quedó sorprendido al verla. Pero lo que más le gustó fue sus nuevos juguetes junto con su armario de ropa. Dante y yo nos reímos al saber que le estaba gustando su nueva vida y su nuevo futuro.
En pocos minutos, cogimos a Ángelo y nos lo llegamos fuera de la habitación.
En breve, estuvimos junto a la familia en el jardín.
Laia cogió a Ángelo de la mano y se lo llevó hasta la mesa para que pudiera comer algo.
Dante y yo observamos al niño ser feliz como lo éramos nosotros.
―Seremos muy felices con Ángelo ―me dijo Dante abrazándome y mirando a la familia.
―Lo seremos. Eso que no te quepa la menor duda, cuore.
Me mareé un poco. Fue cuando Dante me sujetó para que no me cayera de culo.
―¡Estás bien! ―exclamó.
―Sí. Es normal después de la noticia.
―¿Qué noticia, cielo?
―Dante, hace unos días fui al doctor porque comencé a sentirme mal mientras estaba en la asociación. Me hicieron unas pruebas y estaba bien. Pero el test de embarazo dio positivo.
―¡Qué!
―Vamos a ser padres.
―De nuestro primer hijo.
―Así es ―le dije―. Aunque este es el segundo.
Dante me soltó y comenzó a dar chillos de emoción. Eso me daba paz.
―Familia ―grito―, vamos a ser padres de nuevo ―volvió a gritar.
Y todos chillaron de alegría.
Dante fue hasta mi estómago y la besó.
Él se incorporó rápidamente y me besó en los labios.
Cuando dejó de hacerlo, me abrazó y me dijo en italiano:
―Ti amo, mio prezioso sole.
Y no le dije nada. Solo disfruté junto a él, de la hermosa familia que había ganado con el paso de los días y semanas. Unas semanas llenas de oscuridad, pero que también se convirtieron en luz...

El Paraiso Dónde Decidí Quedarme (Cicatrices #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora