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¿Porqué?

Simplemente éramos personas las cuales buscaban una forma de vivir.

Pero terminamos sobreviviendo de alguna manera u otra en lo que era nuestro infierno personal.

Simplemente no podía ver todos esos horrores que pasaban cada día.

Esas personas que me daba repulsión e impotencia de solo verlas.

Y aún así, debía interpretar un papel el cuál no quería.

Podría ayudarlos a vivir nuevamente, esa era una de las pocas razones por las que haré esto.

No puedo quedarme de brazos cruzados.

—¿Qué hace soldado?— una voz grave me llamó, haciendo que levantará la vista, como odiaba ese uniforme que lucía con tanto orgullo; como tenía tantas ganas de matarlo —Debe mantenerse alerta—

—Sí, señor— respondí tratando de que no sonará mi tono molesto, debía aparentar para poder lograr mi cometido.

—Norbert— le observé con una ceja alzada —Llámame teniente Norbert— sonrió levemente y de algún modo... Sentí que él era diferente.



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La alarma sonó, él chico que estaba en su cama ahora yacía en el suelo; quejándose y apagando el ruidoso aparato que le lastimaba las orejas.

—¿Qué mierda acabo de soñar?— se preguntó a sí mismo, ya que sólo tenía recuerdos vagos de lo que acababa de ver en aquella proyección mientras dormía —Bah, no importa—

Se levantó dejando las cobijas en su cama de manera desordenada, tomó la toalla que estaba en una silla de lo que podría denominarse su "comedor", se dirigió hacia su baño, quitándose la ropa y abriendo la regadera, esperando a que el agua se estabilizará.

Aún en la ducha, bostezó, el día anterior estaba terminando un trabajo de publicidad para la empresa donde lo tenían contratado.

Lo que no esperaba, era que se le pidieran una entrega casi imposible; pero decidió arriesgarse, ya que sería la mayor paga que el empleo le podría dar en mucho tiempo.

Se vistió con algo sencillo, nada llamativo, jeans vaqueros azules, una playera con estampado de
"Helloween" y unos tenis converse gastados de color rojo.

Saludó a uno de sus vecinos, siguiendo su camino, escuchando música en uno de sus auriculares... Más bien, el único que aún le funcionaba.

Algunas personas pasaban por la calle, pocos autos estaban en la mañana ya que aún era temporada vacacional para los mocosos de la escuela y su cuadra.

Tardaría 20 minutos en llegar aún si aceleraba el paso de su bici, así que simplemente fue como todos los días.

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—Yoongi, llegas tarde— él chico estaba sudado de su espalda, ya que a último momento había un tráfico del infierno y tuvo que esquivar demasiados autos para no morir atropellado aún tomando precauciones, la gente era muy idiota para esperar los altos.

—Ya lo sé maldita sea, dime que él cliente aún no llega, sino, estaré muerto— le dijo a su compañero de trabajo, Jungkook, al ver qué negó el menor suspiró más tranquilo.

—Pero ve con él jefe, imbécil, no te quedes parado ahí, corre—

Y así, era su día a día, levantarse temprano, ducharse, dejar ropa tirada en el departamento porque no tenía tiempo de acomodarla aunque sea en el cesto de ropa sucia, esquivar autos con una bicicleta vieja y tener la misma ropa de siempre desde hace años ya que no tenía dinero suficiente para compar más, debido a los gastos que debía cotizar para no quedarse sin casa.

Min Yoongi, a sus 28 años de edad, tenía ese ciclo en su vida.

Y quién sabe si en algún momento alguien... Pudiese romperlo.

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Suzuka RM Winchester.

소울 메이트 [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora