En los latidos de mi corazón

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— M-marín. . . ?

Aioria se había quedado congelado, no podía hablar ni moverse, solo podía mirarla directamente sin quitarle la vista de encima. Apreciaba el rostro que nunca pudo ver antes, veía sus facciones faciales, el color de su piel, el color de sus ojos, y lamentablemente también apreciaba las lágrimas que caían por sus mejillas.
"Es tan. . . . . . hermosa" pensó Aioria al mismo tiempo que apreciaba su rostro, y de inmediato sintió como su corazón se aceleraba y un sonrojó notable aparecía en sus mejillas. El sentía que descubría otra parte que jamás había visto de Marín literalmente.
Marín miro a Aioria por unos segundos petrificada, para luego levantarse del suelo con prisa, tomar su máscara y salir corriendo de ahí. Aioria se quedó en su pocisión; lentamente se levantó del suelo y solo miro como Marín se alejaba.

Ella estaba asustada, con pánico y muy ansiosa (no en el buen sentido) por lo que acababa de ocurrir, su corazón estaba alterado, y su respiración aumentaba, además de que estaba sudando de los nervios, y no se le ocurrió otra solución que salir corriendo de ahí. Corrió lo más rápido que pudo, pero después de los cambios drásticos de emociones por los que acababa de pasar, no sabia como sentirse en ese momento,  eso había consumido mucha energía o en realidad fuerza para poder resistir, por esto estaba exhausta por todo lo ocurrido y agregamos que tuvo que viajar de Japón hasta Grecia, el viaje había Sido largo y cansado.

Ella siguió a paso veloz aguantando el cansancio que pesaba más en sus hombros, cuando súbitamente alguien la jalo del brazo y cayó hacia atrás. Tirada en el suelo cerró los ojos rendida, pensando que alguien la había encontrado y detenido, solo esperaba a que aquella persona hablará – Marín ¿E-estas bien? Losiento no quería tirarte, c-creo que me sobrepase de fuerza –  En cuanto abrió los ojos, vio a Aioria a un lado de ella con expresión de preocupación que se fue disolviendo en cuanto ella se levantaba del suelo extrañada por lo ocurrido. Ella no hablo, únicamente miro a Aioria con extrañeza, se veía nervioso. Estaba concentrada en lo que pudiera ocurrir que olvidó volver a ponerse la máscara, pero ya no la tenía en sus manos, y la comenzó a buscar con la mirada, pero no la encontraba – creo que se te cayó esto – Le dijo Aioria dándole la máscara y sin rodeos ella la tomo y se la puso – aunque no importa que te la ponga ahora Marín, lo ocurrido ya no puede cambiar

— ¿Qué?

— conozco la ley de las amazonas, se lo que está ocurriendo y como te has de sentir, supongo, así que te daré una oportunidad para que me mates

Marín estaba sorprendida por la postura que había adoptado Aioria, el iba a dejar que ella lo matará solo porque había visto su rostro.

— ¿Por qué haces esto?

— supongo que, me lo merezco. Me di cuenta que me he vuelto como otro más de los peones del patriarca, y te doy la razón, si lo hago por mi hermano, pero no por las razones que me gustarían, considero que las razones por lo que lo hago son egoístas

— eh Aioria. . .

— y también lo hago porque no quiero ponerte en la situación de que tengas que amarme sin que tú sientas lo mismo . .   Eh

Aioria estaba diciendo lo que le salía del corazón, pero no estaba muy conciente de sus palabras y dijo lo que probablemente era un sentimiento oculto en su interior y que no le había dicho a nadie, incluso el mismo no lo admitía para si mismo, pero sabía que estaba ahí. Lo que lo dejaron por completo fue cuando se tapo la boca después de darse cuenta de lo que dijo y cuando se volteó dándole la espalda a Marín como si tratara de esconder su rostro, que evidenciaría su sonrojó excesivo.

— ¡¿Qué acabas de. .

Pregunto poniéndose de pie, mirando a Aioria, quien le daba la espalda.
El corazón de Marín se había detenido, al igual que su respiración, como si el tiempo su hubiera congelado; no podía parpadear, no podía moverse, solo sentía como sus mejillas comenzaban a calentarse y a ponerse coloradas, aunque podía atajarse detrás de la máscara

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